Something funny happens to us when we become parents.
Our whole conception of the world changes. We suddenly find maturity in all
aspects of our lives. Our soul grows in every way possible. We leave all the
vices and manias we had to be a good example to our children. Begin to respect
all the rules that once seemed unnecessary. Complete all the goals that we had
postponed to later in our lives to ensure our children a better future. Nothing
helps us more to become better as human beings that being responsible for the
development of a new life and what that life managed to reach through time but
along to that growth our vocabulary regresses and becomes somewhat stupid.
How often we find the serious professional with the
flowery vocabulary at the table with her baby doing somersaults with the spoon
begging the boy to open his mouth with a loud idiot and newly invented words
for it.
Why shouldn’t we simply ask the child if his tummy
hurts instead of pretending to cry, make weird faces and make an inquiry on our
new and awkward vocabulary?
I remember a trip to visit my mother when my children
were one and two years old, we had traveled by land for fourteen straight
hours and we felt very exhausted but still had one more hour drive to get
there, the children were heated in their cold weather clothes now too warm for
the climate. I needed to change their clothes and rest a bit before we keep
driving so we got into Safari Carabobo Park. Besides just a few
restrictions to protect some animals from being eaten by lions, animals were
completely free. We had to drive between them slowly with windows up. We were
doing just so when suddenly my son opened the window to touch one of the chucks
that had jumped on the car and I was soon getting nail scratches and hair
stirrings from the little animals. Have you ever encountered yourselves
desperate and wanting to run away and yet trying to remain calm and smiling and
playing to not scare the kids? so was I when my son saw an ostrich come and his
mind associated it immediately with the giant chicken of a TV
advertisement and started shouting excitedly pointing to grand chicken of ' Knorr's
soup We laughed and played the same stupid way other parents do and spoke with
the same silly voice and vocabulary that every parent use.
Yet it would be easy to say that children whose
parents talk correctly when speaking to their kids develop a good vocabulary
sooner than the ones whose parents don't the magic of parenthood is that over
the years we forget how did we become so self-sufficient and good citizens
but the pleasant moments we shared with them and the nonsense we made together
linger in our memories and in theirs as a priceless treasure.
Leave for work seriousness, and never forgetting that
you are there to educate enjoy every little bit of joy your children bring into
your day to day life. After all, happiness is the primary reason to our
existence and it turns out to better and more enduring lessons that seriousness
and recrimination.
De La Paternidad
Algo gracioso ocurre cuando nos convertimos en padres.
Toda nuestra concepción del mundo cambia. Alcanzamos de pronto la madurez en
todos los aspectos de nuestras vidas. Nuestra alma crece en todas las formas
posibles. Dejamos todos los vicios y manías que teníamos para ser un buen
ejemplo para nuestros hijos. Comenzamos a respetar todas las normas que antes
parecían innecesarias. Completamos todos los objetivos que habíamos pospuesto
para más adelante en nuestras vidas para garantizar a nuestros hijos un mejor
futuro. Nada nos ayuda más a crecer como seres humanos que ser responsable del
desarrollo de una nueva vida y lo que esa vida lograra alcanzar a través del
tiempo, pero a la par de ese crecimiento nuestro vocabulario retrocede y se
idiotiza.
¡Cuántas veces nos encontramos a la profesional seria con
el florido vocabulario a la mesa con su bebé, haciendo piruetas con la cuchara
y rogando al niño que abra la boca, con voz de idiota y haciendo uso de un
vocabulario recién inventado por ella.
¿Por qué no podemos simplemente preguntar al niño si su
duele el estómago en lugar de fingir que lloramos haciendo muecas mientras
preguntamos en nuestro nuevo y torpe vocabulario?
Recuerdo una visita a mi madre cuando mis hijos tenían uno
y dos años de edad, habíamos viajado por tierra durante catorce horas continuas
y nos sentíamos muy agotados pero aun nos faltaba una hora más de viaje para llegar, los niños se sentían acalorados
en sus ropas de clima frío ahora demasiado cálidas para la temperatura. Teníamos
que cambiarlos de ropa y descansar un poco antes de seguir conduciendo, así que
entramos en el Parque Safari Carabobo. Aparte de unas pocas restricciones para
proteger a algunos animales de ser comidos por leones, los animales estaban completamente
libres. Teníamos que conducir entre ellos despacio y con las ventanillas
cerradas. Justo eso hacíamos cuando de repente mi hijo abrió la ventana para
tocar uno de los mandriles que se habían subido al vehículo y pronto me
encontré recibiendo arañazos y jalones de pelo de los pequeños demonios.
¿Alguna vez han estado desesperados y con ganas de salir corriendo pero aún
tratando de mantener la calma y sonriendo y jugando para no asustar a los
niños? Así estaba yo cuando mi hijo vio un avestruz venir a toda carrera y su
mente lo asocio inmediatamente con el pollo gigante de un anuncio de televisión
y comenzó a gritar emocionado señalando con el dedo al pollote de las sopas
Knorr Nos reímos y jugamos de la misma manera estúpida hacen otros padres y
hablamos con el misma tonta voz y usamos el mismo tonto vocabulario que usan
todos los padres.
Sería fácil decir, sin embargo que los niños cuyos padres
hablan correctamente al dirigirse a ellos desarrollan un buen vocabulario más
pronto que aquellos cuyos padres no pero la magia de la paternidad es que a lo
largo de los años nos olvidamos de cómo hemos llegado a ser tan autosuficientes
y buenos ciudadanos, pero los momentos agradables que compartimos con nuestros
niños y las tonterías que hicimos juntos permanecen en nuestra memoria y en la
de ellos como un tesoro inestimable.
Deje la seriedad para el trabajo, y sin olvidar nunca que
usted está allí para educar disfrute cada pequeño trozo de la alegría que sus
hijos aportan a la cotidianidad de su día. Después de todo, la felicidad es la
principal razón de nuestra existencia y se torna en mejores y más duraderas
lecciones que la seriedad y la recriminación.