Healing is a journey through the depths of our own
souls. When we think we are reaching the end, when we believe that soon our
soul will leave our mortal shape, affected by our fear to the unknown we begin
an introspective journey through the depths of our memories.
We analyze every mistake, every failure and see the
solution not previously found. Looked at every triumph, every success and feel
the plenty of happiness we didn’t find before. Find through the simple acts of
life something beautiful to remember, an event by which to be remembered. We
find that in day to day of life there are lessons we can still apply to improve
our essence.
In the midst of this journey we get the strength we
need to fight the battle to survive, we rediscover the joy of living and start
doing it in a new way, appreciating, loving, smiling, serving.
In this new way of living we finally begin to glimpse
our divine essence. For the first time we truly understand how much God loves
us, how much He cares for us. We see how important it is to keep clean our
spirit, our mind calm and our feet grounded. It is there, right there, where we
start our journey back to Father in heaven.
No one who has
never felt so helpless and frightened as when we see the doors of an
unknown world open in front of us knows the exact point by where we should go
back home. Once you get that knowledge, it is important to keep it fresh in our
mind to do not depart from it.
We must insist to make this new way of living become
our only way of existence, make it part of our essence. If we succeed we will
know what true happiness is before passing from this world and cross the path
we still have to go through with our soul in absolute peace.
If we win the battle, if we remain in our flesh we
return to life with a new attitude. We see in adversity a challenge to overcome.
We face our problems from the boldness, without fearing failure. You've been
there already; you know this better than me.
You felt so when left your mother's womb. In the world
you lived before there wasn’t any longer food or space. You could barely
breathe. You were afraid to the unknown but saw a light and threw yourself
toward it with the certainty that you would reach it. You adapted to your new
condition and found in it the joy of existence.
Do not let anyone opaque your light, smile for life is beautiful and world is wonderful.
Sanar Es Un Viaje
Sanar
es un viaje a través de las profundidades del alma. Cuando pensamos que el fin
esta cerca cuando creemos que pronto nuestra alma abandonara su cuerpo mortal,
impactados por el temor a lo desconocido comenzamos un viaje introspectivo por
los abismos del recuerdo.
Analizamos cada
error, cada fracaso y vemos la solución que antes no hallamos. Echamos un
vistazo a cada triunfo, cada acierto y sentimos la dicha plena que antes no nos
produjo. Descubrimos en los actos sencillos de la vida algo hermoso que
recordar, un evento por el cual ser recordados. Encontramos que en la cotidianidad
hubo lecciones de vida que aun podemos aplicar para mejorar nuestra esencia.
En medio de ese
viaje obtenemos la fuerza que necesitamos para librar la batalla por la vida,
redescubrimos la alegría de vivir y comenzamos a hacerlo de una forma nueva;
valorando, amando, sonriendo, sirviendo.
En esa nueva forma
de vivir comenzamos a vislumbrar nuestra esencia divina. Entendemos por primera
vez cuanto nos ama Dios, cuanto nos cuida. Vemos cuán importante es conservar
el espíritu limpio, la mente serena y los pies en la tierra. Es ahí, justo ahí,
cuando comenzamos el viaje de retorno hacia el Padre.
Nadie que no se
haya sentido alguna vez tan desamparado y asustado como el que ve abiertas ante
si las puertas de ese otro mundo conoce el punto exacto por el que debe marchar
de regreso al hogar. Una vez que obtenemos ese conocimiento, es importante
mantenerlo fresco en nuestra mente para no apartarnos de él.
Hay que empeñarse
en que esa nueva forma de vida sea nuestra única manera de existir, sea nuestra
esencia. Si lo logramos conocemos la verdadera felicidad antes de pasar de este
mundo y cruzamos el sendero que nos falta por andar con el alma en paz.
Si ganamos la
batalla, si permanecemos en nuestra carne retomamos la vida con una nueva
actitud. Vemos en la adversidad un reto que superar. Enfrentamos nuestros
problemas desde la osadía, sin temor al fracaso. Tú ya has estado allí, sabes
esto mejor que yo.
Así te sentías
cuando abandonaste el vientre de tu madre. En tu mundo anterior ya no había
alimento suficiente ni espacio y te faltaba el aire. Tenías temor a lo
desconocido pero viste una luz y te arrojaste hacia ella con la certeza de que
la alcanzarías. Te adaptaste a tu nueva condición y encontraste en ella la
alegría de la existencia.
No dejes que nadie
opaque tu luz, sonríe que la vida es bella y este mundo es maravilloso.
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