In days of Leonardo da Vinci artists were pioneers toengineering,
mechanics, design, etc. That is why antic rather than buildings are pieces of
art. Artist hired left a bit of his soul in the house he built. There were no
appropriate tools for anything; they created them as the need arose.
We've all heard about the sketches he drew for devices
which could not be built until much later, but did you know he designed the
spoon? Yes, the spoon. Until then soups and sauces were eaten by dipping bread
into them and therefore had sinks in
dining rooms or served water cups for washing on the table but this is not an
etiquette class so do not be scared, I will not haunt you with stained
tablecloths and diners with bibs. I just want to tell you a short story of him.
Leonardo created the spoon as measuring instrument,
just like the ones we use in baking and created a guide to obtaining colors
using spoons as measure unit. In that time there were only basic colors and
every else was obtained by mixing. Leonardo supplied his new disciples the
guide. It was the first attempt of mechanical color harmonization.
A new student took the guide and began instantly to
prepare his mixtures, after many attempts, anguished, he turned to the most
advanced student and stealthy asked
- How does the master use the spoons?
His classmate looked at him coldly and said
- Master never uses the spoons.
When we are learning cooking need to follow the recipe
for the dish to turn well but over the years we reached a point where we can
prepare delicious dishes with the perfect taste without measuring condiments.
The same occurs in all areas of life. Experience tells us what the right
measure is.
Often, when we haven’t reached that ability to judge
which experience gives us we try to measure others according to our own values,
we judge others by what we ourselves can do and expect from them more than they
can give. This may be the greatest absurdity of human relationships.
Each person is unique and different, in his own
measure is a special creature in the eyes of God. Whoever has the serenity of
spirit experience grants values each human being for what he is and enjoys the
difference which separates him from the rest of humanity.
Sometimes we think we should be like dictators with our
teenagers. That’s what world has made us believe. Whenever parents complain
about their children's behavior anyone answers;
- wait to adolescence. Then will be uncontrollable, you will wish they
could return to childhood.
Once, attending a parent workshop of the Daughters of
Charity, was sitting in a circle with several parents who complained about the
behavior of their children and the crazy things they had committed. A woman
younger than me, referring to sexual precocity of her daughter said.
– This didn’t happen in my
days!
I looked at her with a face of do not play dumb!
Because I began to see my mates flirting in 5th grade and I'm older than she
is.
A man noticed my attitude and said. Whenever we meet
you participate with enthusiasm to giving advice but never shared your
problems. I said without hesitation.
– That’s because I don’t have the kind of
problems you have and I don’t want to sound presumptuous talking about my
wonderful children.
He said
-Then give us the formula.
Today I wanted to share it with you too.
1) Keep your children busy. Make them take extra classes: music, painting,
dance, sport; whatever the interests of your kids are. A busy guy has no time
for bad company or follies.
2) Take care of your own behavior. Children never cross
their parent’s behavior; if their parents are rude they are, if their parents
are liars they are too. They learn from the example and are more aware of your
behavior than you can imagine.
3) If you failed accept it in front of your children,
be honest to them. Your honesty will bring you in turn your child's confidence.
Once you get it, do not show surprised to anything they confess. They will do
nothing you haven’t done first. If he does, use his confidence as an advantage
to help him find his way out without cheating. Your example is indispensable.
4) Always support them. It can be embarrassing
accompanying him to apologize for broken glass or return the stolen but he will
remind it from the generosity of his father who helped him endure his own
shame. His children will also enjoy the example he saw in you.
5) Love them the way they are, do not compare them to
anyone or allow others to do so. His individuality is important to him. If you
undermine it he will stop trusting you.
6) Fill their life with love. Who is loved remains
within the borders of his freedom. Children never betray the love of their
parents. Let them know your love is the eye of the storm, if they know they
will find refuge in you, they will run home every time they get in trouble.
Give him his own value and never stop feeling proud of being his father.
Because of love we fight the big ones and small
battles in life. Love is what sustains us in the midst of adversity and gives
us the courage to go on when we run out of strength.
Above all things never betray the trust and love of
your children.
La
Justa Medida
En los días de Leonardo de
Vinci los artistas eran los pioneros de la ingeniería, la mecánica, el diseño,
etc. Por eso las edificaciones antiguas más que edificios son piezas de arte.
El artista era contratado y dejaba un poco de su alma en la casa que edificaba.
No existían las herramientas apropiadas para ninguna cosa, ellos las creaban en
la medida que la necesidad surgía.
Todos hemos oído hablar de
los bocetos que creó el maestro para aparatos que no pudieron ser construidos
sino hasta muchísimo tiempo después, pero ¿sabías que el creo la cuchara con
que comes en la mesa? Si la cuchara. Hasta ese momento las sopas y las salsas
se ingerían mojando el pan en ellas y por eso había lavabos en los comedores o se
servían fuentes de agua para lavarse sobre la mesa pero esta no es una clase de
etiqueta antigua así que no te asustes, no voy a atormentarte con los manteles
manchados y los comensales con baberos. Solo quiero contarte una anécdota suya.
Leonardo creo las cucharas
como instrumento de medida, tal cual las usamos en repostería y elaboró una
guía de obtención de colores usando las cucharitas como medida. En esos días
solo existían los colores primarios y todos los demás debían obtenerse por
mezcla. Leonardo suministro la guía a sus nuevos discípulos. Fue el primer
intento por obtener la armonización mecánica del color.
Un estudiante nuevo tomo
la guía y se puso en seguida a preparar sus mezclas, después de muchos
intentos, angustiado recurrió al estudiante más avanzado y pregunto sigiloso
-¿Cómo usa el maestro las
cucharitas?
Su condiscípulo lo miro
con frialdad y le dijo
– El maestro nunca las
usa.
Cuando somos aprendices de
cocina necesitamos seguir la receta para que el plato salga bien pero con los
años llegamos a un punto en que podemos preparar platos exquisitos con los
condimentos en su punto sin haber medido absolutamente nada. Igual ocurre en
todas las áreas de la vida. Con el tiempo la experiencia nos dice cual es la
medida exacta.
A menudo, cuando aún no
hemos alcanzado esa capacidad para juzgar que nos da la experiencia, intentamos
medir a otros de acuerdo con nuestra propia escala de valores, juzgamos a otros
por lo que nosotros mismos somos capaces de hacer y esperamos de ellos más de
lo que pueden dar. Ese probablemente sea el mayor absurdo de las relaciones
humanas.
Cada persona es un ser
único y diferente. En su propia medida, es una criatura especial a los ojos de
Dios. El que ha logrado la serenidad de espíritu que otorgan los años valora a
cada ser humano por lo que es y disfruta de esa diferencia que lo separa del
resto de la humanidad.
A veces pensamos que
debemos ser como dictadores con nuestros hijos adolescentes. Eso nos ha hecho creer
la humanidad. Cada vez que los padres se quejan de las travesuras de sus niños
alguno contesta;
-espera
a la adolescencia y veras. Ahí son incontrolables, desearas que regresen a la
infancia.
En una ocasión, asistiendo
a en un taller de padres de las hijas de
la caridad, estaba sentada en un circulo con varios padres que se quejaban de
la conducta de sus hijos y las locuras que ellos habían cometido. Una señora
más joven que yo; refiriéndose a la precocidad sexual de su hija dijo.
– ¡Cuando en mis tiempos!
Yo la mire con cara de ¡no
te hagas la tonta! Porque comencé a ver a mis compañeras flirtear en el 5º de
primaria y yo soy mayor que ella.
Un señor noto mi actitud y
me dijo. Siempre que te veo participas con entusiasmo a la hora de dar consejos
pero nunca compartes tus problemas. Yo dije sin vacilación.
– Es que yo no tengo los
problemas de Uds. y no quiero parecer presuntuosa hablando de mis maravillosos
hijos.
El dijo
-pues entonces danos la
formula.
Hoy he querido compartirla
con Uds. también.
1) Mantenga a su hijo
ocupado; clases extra cátedra, música, pintura, baile, deporte. Lo que sea el
interés de sus hijos. Un chico ocupado no tiene tiempo para las malas compañías
ni las locuras.
2) Cuide su propia
conducta. Los hijos nunca traspasan la conducta de sus padres; son groseros si
sus padres lo son, son mentirosos si sus padres también. Ellos aprenden desde
el ejemplo y están más pendientes de su conducta de lo que Ud. Alcanza a
imaginar.
3) Si Ud. Ha fallado
reconózcalo ante sus hijos, sea franco. Su honestidad será el motor que
encienda la confianza de su hijo. Una vez la haya logrado no se escandalice con
nada que él le cuente. Nada hará el que Uds. no hayan hecho primero. Si lo hace
aproveche su confianza para ayudarlo a encontrar la salida sin hacer trampas.
Su ejemplo es indispensable.
4) Apóyelo siempre,
puede ser vergonzoso acompañarlo a pedir perdón por el vidrio roto o a devolver
lo robado pero su hijo recordara ese día desde la grandiosidad de papa que lo
ayudo a soportar su propia vergüenza. Sus hijos gozaran también del ejemplo que
él vio en Ud.
5) Amelo tal y como
es, no lo compare ni permita que otros lo hagan. Su individualidad es
importante para él y si Ud. la menoscaba el dejara de confiar.
6) Llene su vida de
amor. Quien es amado se mantiene dentro de las fronteras de su libertad. Los
hijos nunca traicionan el amor de sus padres. Déjele saber que su amor es el
ojo de la tormenta; si sabe que hallara refugio en Ud. Correrá a casa cuando
tenga problemas. Valórelo siempre y no deje de sentir orgullo de ser su padre
jamás.
Es por amor que libramos
las grandes y pequeñas batallas de la vida, es el amor lo que nos sostiene en
medio de la adversidad y nos da el valor para seguir adelante cuando se nos acaban
las fuerzas.
Por sobre todas las cosas
no traicione nunca el amor ni la confianza de sus hijos.