I read a lot of stories along my childhood, I had
never forget some of them because I learned some good early lessons through
their read, one of them is the Aesop fable that speaks about resignation:
One hot summer's day a Fox was strolling through an orchard till he came
to a bunch of Grapes just ripening on a vine which had been trained over a
lofty branch. “-Just the thing to quench my thirst,”- quote he. Drawing back a
few paces, he took a run and a jump, and just missed the bunch. Turning round
again with a One, Two, Three, he jumped up, but with no greater success. Again
and again he tried after the tempting morsel, but at last had to give it up,
and walked away with his nose in the air, saying: “I am sure they are sour.”
It is common to hear people say, -I’ll get this or I’ll
die-, but sage is being able to recognize on time when we cannot achieve
something and pursue more affordable goals.
Sometimes reason destroys our dreams. The great truth
of life is man rarely reaches what desires and instead is content to have what
he can achieve. This is not simple conformism; we born with abilities which
predispose us to certain achievements and disabilities that limit our dreams.
Besides our ability limitations are the imposed by the
environment. The socioeconomic stratum we belong determines what kind of school
we can attend and how far can we go in studding. The level of education our
parents have is also critical not only because their income places us in the
socioeconomic stratum we live but also because often those who manage to
survive without having reached a high level of education allow their children
to leave school because studding seems unnecessary.
We also have to manage accidental mishaps such as
illnesses, family economical disasters, own laziness, bad company and the
pitfalls dishonest and envious people put us on the road.
Achieving our dreams requires the participation of our
abilities, the right environment, tons of good luck and a great tenacity in the
effort. Besides our own optimism we must have the optimism of the environment,
our family and friends should be committed to support us whenever we feel
defeated.
Must be an attitude similar to the obese and the
weakling soldiers who won the pairs marathon because when the fat man could no
longer run the skinny took his hand and dragged him through the streets and got
to the wall the fat climbed but when saw his friend did not have the strength
to do so pulled him up until both were at the top. Winning is easier when we
have the moral support of others.
Whatever your dream is work to achieve it in dignity,
there is no glory in the merit achieved by cheating. That kind of triumph
debases your soul which is all you’ll have when leaving this world.
Cultivate patience in the garden of your own heart,
some say it’s a bitter plant but its fruits are sweet as honey. Plant the
flowers of your own goodness, kindness and friendship wherever you go.
Throughout life we reap what we sow; who does well receives well in
return.
Do not insist on impossible dreams, recognize your own
limitations and according to them trace your own course of action. If you fail
meekly accept it, forgive yourself and hopefully search for a new dream.
Before I sign off let me tell you my favorite story,
The Runner of Athens:
This was a young Athenian
whose family had contracted large debts but bad weather damaged their crops and
could not pay their creditor for which they were sentenced to death. Without
any food, the young man traveled from afar to implore mercy to their emperor.
He said he was training to be a soldier and would gladly become a slave to his
parents’ creditor for the rest of his life. He was told that there would be a
cross-country race and if he won one of the three first places his family would
be forgiven. Exhausted and hungry, the young man took his place in the group,
ran without stopping, hunger and cold did not worry him for he was a soldier.
He fell several times on the way but always got up and ran harder. Right after crossing
the river he steps on a stone and hurt his ankle. Aching and tired soon fell
behind but kept running in hope if he could reach the goal he would convince
the creditor to take him as a slave for the rest of his life. Relentless rain intensified
the pain in his foot but he kept trying to reach. Three days late, exhausted to
the limit of his forces entered the city just to see his parents hanging off
the wall. He did not save them but did his best to achieve it and that warmed
his soul.
As I said before, forgive yourself if you fail and
hopefully search for a new dream.
Entre
Lo Que Soñamos Y Lo Que Podemos Lograr
Leí muchos cuentos en mi
infancia pero hubo algunos que nunca olvide porque me enseñaron temprano una
buena lección, la primera es la fabula de Esopo que habla acerca de la
resignación:
Una tarde muy
soleada y calurosa. Una sedienta zorra, que había estado cazando todo el día, vagaba
por el bosque en busca de agua cuando de pronto vio un racimo de uvas grandes y
jugosas colgando de lo alto de una parra.
-“¡Oh, oh!”, dijo
la zorra con la boca hecha agua, -“¡El zumo dulce de uva saciara my sed!”.
La zorra se puso
de puntillas y se estiró todo lo alto que pudo, pero las uvas estaban fuera de
su alcance. No queriendo rendirse, tomó impulso y dio un salto para alcanzar
las uvas pero fue inútil, no pudo tocarlas. La zorra saltó y brincó una y otra
vez pero no pudo alcanzarlas. Al final la zorra estaba más sedienta y cansada
que antes.
Entonces la
zorra dijo con desdén, -No quiero esas
uvas porque están verdes y se marchó sin
voltear a mirar ni una vez.
Mucho
hemos oído decir –luchare por lo que quiero hasta morir- pero sabio es saber
reconocer a tiempo cuando no estamos en capacidad de lograr algo e ir en pos de
metas más asequibles.
A
veces la razón acaba con nuestros sueños. La gran verdad de la vida es que el
hombre raras veces alcanza lo que ansia y en cambio se conforma con tener eso
que puede alcanzar. Esto no es simple conformismo; nacemos con aptitudes que
nos predisponen para ciertos logros e incapacidades que nos limitan los sueños.
Además
de la aptitud están las limitaciones impuestas por el entorno. El estrato socio
económico al que pertenecemos determina la clase de escuela a la que podemos
asistir y que tan largos pueden ser nuestros estudios. El grado de instrucción
de nuestros padres también es determinante no solo porque sus ingresos nos
ubican en el estrato socioeconómico en que vivimos sino también porque a menudo
aquellos que consiguen subsistir sin haber alcanzado un alto nivel de
instrucción permiten que sus hijos abandonen la escuela pues les parece
innecesaria.
Están
además los percances fortuitos como enfermedades, desastres económicos
familiares, la desidia propia, las malas compañías y las trampas que personas
deshonestas y envidiosas nos ponen en el camino.
Lograr
nuestros sueños requiere del concurso de nuestras aptitudes, el entorno
apropiado, toneladas de buena suerte y un gran tesón en el esfuerzo. Además del
optimismo propio debemos contar con el del entorno, nuestros familiares y
amigos deben estar empeñados en sostenernos cada vez que nos sentimos vencidos.
Debe
ser una actitud semejante a la del soldado obeso y el debilucho que lograron
ganar la carrera de obstáculos porque cuando el gordo ya no pudo más el flaco
tomo su mano y lo llevo casi a rastras por las calles y al llegar al muro el
gordo trepo y al ver que su amigo no tenía la fuerza para escalarlo se quedo
arriba y jalo de él hasta que los dos estuvieron en la cima. Vencer es más
fácil cuando contamos con el apoyo moral de otras personas.
Sea
cual sea tu sueño empéñate en lograrlo dignamente, no hay ninguna gloria en el
merito alcanzado con trampas. Esa clase de triunfo envilece al alma que es lo
único que tendrás al partir de este mundo.
Cultiva
la paciencia en el jardín de tu propio corazón; dicen que es una planta amarga
pero sus frutos son dulces como la miel. Riega a tu paso las flores de tu
propia bondad, ternura y amistad. A lo largo de la vida cosechamos todo lo que
plantamos, quien hace bien recibe bien a cambio.
No
te empeñes en imposibles, reconoce tu propia limitación y en función de ella
traza tu propio plan de acción. Si fracasas acéptalo dócilmente, perdónate a ti
mismo y con optimismo busca un nuevo sueño.
Antes
de despedirme permíteme contarte mi historia favorita, El Corredor De Atenas:
Este era un joven ateniense cuya familia había
contraído grandes deudas pero el mal tiempo daño sus cosechas y no podían pagar
a su acreedor por lo que fueron condenados a muerte. Sin alimento alguno, el
joven viajo desde muy lejos para implorar la misericordia del emperador. Dijo
que se estaba entrenando para ser soldado y que con gusto seria el esclavo del
acreedor de sus padres por el resto de su vida. Se le respondió que habría una
carrera a campo traviesa y que si llegaba entre los tres primeros lugares su
familia seria perdonada. Agotado y hambriento el joven tomo su lugar en el
grupo, corrió sin parar, el hambre y el frio no le preocupaban, el era un
soldado. Se cayó varias veces en el camino pero siempre se levanto y corrió con
más fuerza. Al terminar de cruzar el rio piso una piedra y se lastimo el
tobillo. Adolorido y cansado pronto se quedo atrás pero no paro de correr
pensaba que si lograba llegar podría convencer al acreedor de tomarlo como
esclavo por el resto de su vida. La lluvia inclemente provoco que el dolor de
su pie fuera más intenso pero él siguió intentando llegar. Con varios días de
retraso, agotado hasta el límite de sus fuerzas entro en la ciudad solo para
ver a sus padres colgando del muro. El no los salvo pero dio lo mejor de sí
para lograrlo y eso reconforto su alma.
Como
dije antes; perdónate a ti mismo si fracasas y con optimismo busca un nuevo
sueño.
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