Conventional wisdom is preserved orally all over world
through well known phrases we all have often heard on voice of the elderly.
There is some truth in each one of them and no matter how much we try to avoid
it we end up learning a lot of them. One of my favorites is:
Who Sows Wind Reaps
Storms
My mother frequently used it to invite us to avoid
bringing upon ourselves the wrath of others. To be the wind that blows on their
backs to drive them, not the finger pointing at their foreheads.
So much truth is hidden in it! Who has fun bothering
others is left alone in hard times of his own life. Pain spread on others is
amassed in revenge promontories that will be well used on the day of our
weakness.
Carving in the privacy of others in search of failures
that help us to dishonor who did no harm or help us to give a halo of truth to
the lies we had invented will turn meek lamb we mock into an insatiable beast
which will destroy us without compassion. Actually, harassing is so dangerous
that Tsun Tzu in his book "War’s Art" said that whoever ambushes and
leaves no escape routes turns his victim into an indestructible enemy who will
kill to survive.
Simon Bolivar, who liberated five Latin American
nations used to set fire behind his own army because when the only escape route
was closed by enemy his army killed everyone who could prevent them from
escaping the flames. He had learned this in Tsun Tzu’s book.
What a terrible vision is life of one who brings
nothing useful to his own day neither lives his own life because he is busy
dishonoring his neighbor. That one who has nothing good to say about anyone and
values nothing what others do. To such people I use another phrase of popular
sayings:
From Peaceful Water
God Set Me Free that From The Stormy I’ll Escape alone
I do not open my home’s door to that kind of person,
not even for a second, I do not make alliance with them nor invite them to
gatherings. I passed the eighteen years I was married hanging onto my husband's
arm at parties to make sure not to be included in groups of gossiping midwives
or be accused of having said something improper. So I washed my hands like Pilate whenever gossip surrounded my way.
Besides being a depressing show, gossip is the
greatest sin we can commit. Who robs others their honor leaves them worse off
than killed. No wonder when stating who will deserve hell our Savior mentioned
gossipers on first place, mentioned murderers on third.
Yes, I know I've talked about this before but I feel
the need to keep saying it until we are all embarked on the task of not hearing
the gossiper neither trying to find out truth on his words. When we share his
sin we also share his punishment.
Life is as short as the blow of grass with wind.
Yesterday we were kids and adulthood seemed to be long years ahead of us. Today
we call ourselves adults and looked at us on the mirror from afar to avoid
noticing we are old. Of the many goals we outlined in our lives only achieved a
few and if entertain ourselves sharing the sins of another death will soon
overtake us without having saved our two coins for the boatman.
What will happen to us that day? Who will hold our
hand if we find ourselves alone in the dark vastness of nothing with a whole
suitcase sins of others we shared because we wanted to?
Will anyone give us some mercy? Will anyone give us
some company while the guardian angel decides whether we deserve to cross?
Sow seeds of
goodness to your path & clean wheat will reap your hands.
There is a key to harvest not thistle and nettles.
Always ask within. Would I like it if this happen to me?
Quien Siembra Viento Cosecha Tempestades
La sabiduría
popular se conserva de manera oral en todos los pueblos del mundo a través de
frases que todos conocen bien y que han oído muchas veces recitar a los
ancianos. Hay un poco de verdad en cada una de ellas e independientemente de
cuanto intentemos evitarlo acabamos aprendiendo muchas de ellas. Una de mis
favoritas es:
Quien Siembra Viento Cosecha Tempestades
Mi madre la usaba
con frecuencia para invitarnos a no provocar la ira de los demás. A ser el
viento que sopla en la espalda de otros para impulsarlos y no el dedo acusador
en sus frentes.
¡Cuánta verdad hay
implícita en ella! El que se divierte haciendo sufrir a otros se queda solo en
los momentos duros de su vida. El mal arrojado sobre los demás se acumula en grandes
promontorios de sed de venganza que serán bien usados el día en que nos
encontremos desvalidos.
Acechar la vida de
los demás en busca de fallas que nos sirvan para deshonrar a quien ningún daño
nos hizo o para darle visos de verdad a las mentiras que hemos inventado
convertirá al manso corderito objeto de nuestras burlas en fiera insaciable que
acabara con nosotros sin compasión alguna. Acosar de hecho es tan peligroso que
Tsun Tsu en su libro “El Arte De La Guerra” dijo que quien tiende una emboscada
y no deja vías de escape convierte a su víctima en enemigo indestructible que
matara para sobrevivir.
De hecho, Simón
Bolívar, libertador de cinco naciones latinoamericanas acostumbraba prender
fuego detrás de su propio ejército porque cuando la única vía de escape estaba
cerrada por el ejército enemigo sus hombres mataban todo lo que les impidiera
escapar de las llamas. Esto lo había aprendido de Tsun Tzu.
Que espectáculo tan
deplorable resulta la vida de quien nada útil aporta a sus propios días ni vive
su propia vida porque está ocupado haciéndole daño al vecino. Ese que nada
bueno tiene que decir de nadie y en nada valora la vida de los demás. Para esa
clase de personas uso yo otra frase del refranero popular:
Del Agua Mansa Líbrame Dios Que De La Brava Me Libro Yo
A esa clase de
persona no le abro las puertas de mi casa ni por un segundo, no trabo amistad
con ellos ni los invito a tertulias. Pase los diez y ocho años que estuve
casada colgándome del brazo de mi marido en las fiestas para asegurarme de no
ser incluida en grupos de comadronas del chisme ni ser tampoco acusada de haber
dicho algo impropio. Así me lave las
manos como Pilatos cada vez que el chisme circundo mi camino.
Además de ser un
espectáculo deprimente, el chisme es el mayor pecado que podemos cometer. Quien
despoja a otros de su honor les deja en peor condición que si los hubiera
matado. No en balde al enunciar quienes iremos a parar al infierno el Señor
menciono en primer lugar los chismosos, los homicidas los menciono en tercer
lugar.
Si ya sé que he
hablado de esto otras veces pero siento la necesidad de continuar reiterándolo
hasta que estemos todos embarcados en la tarea de no oír al chismoso ni tratar
de indagar la veracidad de sus palabras. Cuando esto hacemos compartimos el
pecado y también el castigo.
La vida es tan
breve como un soplo de brizna en el viento. Ayer éramos niños y nos parecía que
la adultez quedaba a años luz de nosotros. Hoy nos llamamos adultos y nos
miramos de lejos en el espejo para no notar que estamos viejos. De las muchas
metas que trazamos para nuestras vidas solo alcanzamos algunas y si nos
entretenemos compartiendo el pecado ajeno pronto nos alcanzara la muerte sin
haber ahorrado las dos monedas para el barquero.
¿Qué será de
nosotros ese día, quien sostendrá nuestra mano si nos encontramos a solas en la
inmensidad de la oscura nada con toda una maleta de pecados ajenos que
compartimos porque nos vino en gana?
¿Habrá alguien que
nos compadezca, vendrá alguien a hacernos compañía mientras el ángel custodio
decide si merecemos cruzar?
Siembra a tu paso las semillas del bien y limpio trigo
cosecharan tus manos.
Hay una clave para
no cosechar cardo y ortigas. Pregunta siempre en tu interior. ¿Me gustaría a mí que me hagan esto?
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