Man is an inhospitable creature, has always been. He wants
to be powerful, to be the one who leads but he is perfectionist and changes
from time to time in search of what he calls perfection. The peak of power is
what today man searches is as perfection.
As the perfectionist creatures we are we want to feel we
have an advantage upon the others in some way. We love competition and want to
be winners. We care so much about success that many of us put aside the best of
life to go for it and when we find it cease to live to get to keep it.
Just as in the nature’s chain of feeding the larger
feeds himself eating the little, we also do but to us eating is taking
advantage of another and big means competent. We are not better now than in the
days when we enslaved each other, just have sophisticated our concept of
territory and the way we demarcate it.
We no longer seal
away to steal from other continents, we have stopped colonizing faraway lands.
Now we set our businesses in them and make them work for far less than we would
pay in our own land for the work they perform. Slavery has many nuances.
Rich man is a slave of luxury and comfort, power and
prestige. Poor is a slave of his boss and his debts. Addict is a slave to his
vices and perverted to his passions. Today we are slaves to beauty even in the
lowest strata of society. Feeding the ego is completely inherent in the daily
life of modern man.
Ego has always walked side by side with presumption.
She is the weapon we use to demarcate our territory and the lower is the
stratum he comes from the more presumptuous man is. To let others know we are
able to compete is ritual to the one who lacks of resources and that ritual is
repeated even in the upper strata where although there is no lack of resources
there are still gaps in what money cannot pay.
Rich one, the powerful one disqualifies the poor one
for his economic deprivation, thus takes him out of contest so that others do
not notice he exceeds him in other features but as the forces of nature are
concatenated into an endless cycle rich cannot be without the poor neither educated
without the uneducated.
A janitor is more essential in a company than a
general manager. He maintains the company’s image with more enthusiasm and
effort than who sits in his office to coordinate the work of others. What does
it worth the architect all the knowledge embodied on the paper if do not have
workers to turn his work into something tangible, something real?
No man is more valuable and wiser than the one who
knows how to lead without humiliating; who rules the world without proclaiming
his supremacy. Superior is one who gives everyone honor and respect they
deserve regardless of the grade level and socioeconomic status to which they
belong. Honor walks barefoot and ragged on the streets with the same value as
in costume into a limo.
Honor is neither what we learn in school nor what we
buy in a store. Honor is moral values we acquire in our day after day at home
mixed with the quality of our own soul and stick with the cramps life give us.
Whether you are rich or poor will reap what you sow
Walk always toward life with open arms and your soul on the edge of your lips
and world will receive you in a good way, will welcome you into it and make your
life sweet.
La
Esencia Del Honor
El hombre es una criatura
inhóspita, siempre lo ha sido. Le gusta el poder y la dominación pero es un ser
perfeccionista y va cambiando de una época a otra en busca lo que para él es la
perfección. La cima del poder es lo que el hombre de hoy denomina perfección.
Como los seres
perfeccionistas que somos nos gusta sentir que aventajamos a los demás en algún
sentido. Nos encanta la competencia y queremos ser triunfadores. El éxito nos
importa tanto que muchos de nosotros ponemos a un lado lo mejor de la vida para
ir en su busca y cuando lo obtenemos dejamos de vivir para conservarlo.
Así como en la cadena
alimenticia el grande se come al chico, nosotros también lo hacemos solo que
entre nosotros comer significa avasallar y grande significa hábil. No somos hoy
mejores que en los días en que nos esclavizábamos unos a otros, simplemente
hemos sofisticado nuestro concepto de territorio y la manera en que lo demarcamos.
Ya no saqueamos otros
continentes, hemos dejado de colonizar otras tierras. Ahora establecemos
nuestras empresas en ellos y los hacemos trabajar por mucho menos de lo que
pagaríamos en nuestra propia tierra por la labor que ellos realizan. La esclavitud
tiene muchos matices.
El hombre rico es esclavo
del lujo y el confort, del poder y del prestigio. El pobre es esclavo del
patrón y de sus deudas. El adicto es esclavo de sus vicios y el pervertido de
sus pasiones. Hoy somos esclavos de la belleza incluso en los estratos más
bajos de la sociedad. Alimentar el ego es completamente inherente al diario
vivir del hombre moderno.
Al ego le hace compañía la
presunción. Ella es el arma con la que demarcamos nuestro territorio y entre
más bajo es el estrato del que proviene mas presuntuoso es el hombre. Hacerle
saber a otros que estamos en capacidad de competir es el ritual del que tiene
carencias y ese ritual se repite incluso en los estratos altos en donde si bien
no hay carencia de medios aun existen las carencias de aquello que no se
obtiene con dinero.
El rico, el poderoso
descalifica al pobre por su carencia económica y con ello lo saca de la
competencia para que otros no noten que lo supera en otros aspectos pero así
como las fuerzas de la naturaleza se encuentran concatenadas en un ciclo sin
fin el rico no es sin el pobre ni el instruido sin el inculto.
El encargado de la
limpieza es más indispensable en una empresa que el gerente general. El
mantiene la imagen de la empresa con más celo y esfuerzo que quien se sienta en
su oficina a coordinar la labor que otros realizan. ¿De qué le vale al
arquitecto todo el conocimiento que plasma en el papel si no tiene obreros que
conviertan su obra en algo tangible, algo real?
No hay hombre más valioso
ni más sabio que aquel que sabe dirigir sin humillar. El que gobierna el mundo
sin pregonar su supremacía. Superior es el sabe dar a cada cual el honor y
respeto que merece independientemente del grado académico y del estrato
socioeconómico al que pertenece. El honor camina descalzo y harapiento en las
calles con el mismo valor que en traje y a bordo de una limosina.
Honor no es lo que
aprendemos en la escuela ni lo que compramos en la tienda. Honor es el valor
moral que adquirimos en la cotidianidad del hogar mezclado con la calidad de
nuestra propia alma y argamasado con los retorcijones que nos da la vida.
Ten claro que seas rico o
seas pobre cosecharas aquello que tu siembres. Ve siempre hacia adelante con
los brazos abiertos y el alma al borde de los labios y el mundo te recibirá con
bien, te acogerá en su seno y hará dulce tu vida.
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