We have launched in search of perfect beauty for long,
we have paid huge amounts of money to plastic surgeons and experts in the
acquisition of the desired beauty to try to become the most desirable man or
woman. Gone are the days when we admired those who had the grace of having born
beautiful and wondered why it didn’t happen to us. Today we just have to buy it
in the beauty market.
Contrary to expectations, the result of surgery to
change our face is often worse than our natural look, especially when the
change made is not what the expert we turn to recommended as the best we could
have but a much more radical. Botox injections and implants can take off all
the expressiveness of our face along with our wrinkles turning a nice smile
into a grimace of disgust. Mismanaged, collagen can break skin cells destroying
it forever.
I don’t mean by this that we don’t have all the right
to enhance our own appearance if we want or need but the choice of the
professional to turn to must be accompanied by an attitude of deference to the
advice we receive from him about the changes we hope to make and even when we are
in our right to try to preserve our youthful appearance I think it is important
to understand certain facts:
1. There is no beauty in perfection. The pursuit of
absolute symmetry can completely damage what made us attractive. If we take our
time to carefully observe those people who have been tagged as sex symbol we
will see that are not so attractive and perfect as we thought. Each face has
features that make it attractive in some way, that’s why we always say there
are not ugly but people who do not care about their appearance.
2. Clothes we wear, haircut and hairstyle chosen
according to our age, body shape and features is the entire complement we need
to look attractive. Fashion is now flexible enough to aloud us to find easily
good and nice clothes for all ages. An old woman dressed like a teenager will
not look attractive just because she is on shape neither will look good for a
man who has lost half of his hair to wear a ponytail; Regardless of our preferences,
age imposes changes in our style that we should abide.
3. A well preserved skin and maintaining proper weight
give more attractiveness than trying to look like children when we are no
longer young. It is common to find people who believe that remain thin is ideal
when in fact the professionals in the field say that an overweight of about
three kilograms per decade over the thirties for women and four to five for men
help preserve a youthful appearance when we are becoming old.
4. Makeup should also suit our age, an old woman with
her face completely covered with eye shadows, blush and deep color lipsticks
may seem anything but a beautiful lady.
Finally, we must be clear that beauty is the set of
the external along with the internal human sides. Cheerfulness, a good attitude
in all circumstances makes more that costumes and diets. Nurture our soul
through introspection and development of habits that will improve our own
essence, work on the development of virtues that elevate us spiritually also
beautifies us physically.
Generally, who searches beauty is also looking for the
establishment of a good relationship. Paradoxically the ones who keep the more lasting
and happy relationships are not the most attractive but the most capable souls
to accept and tolerate the failures of their partners, those who love you as
you are rather than searching in you the qualities you do not possess.
keep always in mind that every ugly duckling carries
inside a beautiful swan waiting to be discovered but must be you yourself who
find him not your friends or partner. It is something you should do for your own
satisfaction, not to please others or will lose it as soon as these people no
longer show interest in you.
We only keep on being forever what
we became to satisfy ourselves.
¿Hay
belleza en la perfección o perfección en la belleza?
Desde hace ya varias
décadas nos hemos lanzado en busca de la belleza perfecta, hemos pagado
ingentes cantidades de dinero a cirujanos plásticos y a toda clase de expertos
en la adquisición de la anhelada belleza para tratar de convertirnos en la
mujer o el hombre más apetecibles. Lejos quedaron los días en que admirábamos à
la que tuvo la gracia de nacer bella y nos preguntábamos porque no nos ocurrió
a nosotros. Hoy solo tenemos que comprarla en el mercado.
Contrario a lo esperado,
muchas veces el resultado de una intervención quirúrgica para modificar el
rostro es un aspecto peor que el que teníamos de manera natural; sobre todo
cuando el cambio efectuado no es el que el profesional al que acudimos nos
recomienda como lo mejor que se puede hacer sino uno mucho más radical. Las
inyecciones de Botox y los implantes pueden llevarse junto con las arrugas toda
la expresividad del rostro convirtiendo una dulce sonrisa en una mueca de asco.
El colágeno mal administrado puede romper las células de la piel destruyéndola
para siempre.
No quiero decir con esto
que no tengamos todos derecho a mejorar nuestra propia apariencia si así lo
deseamos o requerimos pero la elección del profesional debe ir acompañada de
una actitud de acatamiento a los consejos que recibamos de él en cuanto a las
modificaciones que esperamos efectuar y aun cuando tenemos derecho a intentar
conservar la apariencia juvenil creo que es importante tener claro ciertos
hechos:
1. No
hay belleza en la perfección. La búsqueda de la absoluta simetría puede dañar
por completo aquello que nos hacia atractivos. Si nos detenemos a observar
cuidadosamente a esas personas que han sido catalogadas como sex simbol veremos
que no son tan atractivas y perfectas como pensábamos. Cada rostro tiene rasgos
que lo hacen atractivo en alguna manera, por eso siempre decimos que no existen
feos sino personas que no cuidan su apariencia.
2. Las
ropas que usamos, el corte de cabello y el peinado elegidos de acuerdo a
nuestra edad, contextura y rasgos es todo el complemento que necesitamos para
lucir atractivos. La moda es hoy lo suficientemente flexible como para que se
nos haga fácil encontrar ropa buena y bonita para todas las edades. No luce
atractiva una mujer mayor vestida como una quinceañera solo porque tiene buena figura
ni se le ve bien a un hombre que ha perdido la mitad de sus cabellos usar
coleta; la edad va imponiendo cambios en nuestro estilo que debemos acatar
independientemente de nuestros gustos.
3. Una
piel bien cuidada y mantener el peso apropiado resulta más atractivo que el
tratar de parecer niños cuando ya no somos jóvenes. Es frecuente encontrar
personas que creen que seguir siendo delgadas es lo ideal cuando en realidad
los profesionales en la materia aseguran que un sobrepeso de más o menos tres
kilos por cada diez años arriba de los treinta para las mujeres y cuatro a
cinco para los hombres ayuda a conservar la apariencia juvenil cuando estamos envejeciendo.
4. El
maquillaje también debe adaptarse à la edad, una anciana con el rostro repleto
de sombras, rubor y labiales de colores fuertes puede parecer cualquier cosa
menos una señora atractiva.
Por último, es necesario
tener claro que la belleza es el conjunto de lo externo e interno del ser
humano. La jovialidad, una buena actitud en todas las circunstancias hacen más
que el vestuario y las dietas. Cultivar el alma por medio de la introspección y
el desarrollo de hábitos que mejoren nuestra propia esencia, trabajar en el
desarrollo de virtudes que nos eleven espiritualmente también nos embellece
físicamente.
Quien corre en busca de la
belleza generalmente está buscando también llegar a establecer una buena
relación de pareja. Paradójicamente quienes sostienen relaciones más duraderas
y bien avenidas no son los más atractivos sino las almas más capaces de aceptar
y tolerar las fallas de su compañero, esas que te aman tal y como eres en lugar
de buscar en ti aquello que no posees.
Ten siempre presente que
dentro de cada patito feo hay un hermoso cisne esperando ser descubierto pero
eres tú mismo quien debe descubrirlo no tus amigos ni tú pareja. Es algo que
debes hacer por satisfacción propia, no para darle gusto a otras personas o lo
perderás tan pronto como esas personas dejen de tener interés en ti.
Solo
aquello que logramos para satisfacernos a nosotros mismos permanece con
nosotros por siempre.
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