There are times in everyone's life when we suffer setbacks that mark us in brutal
ways. It may be that the death of a loved one buries us into the depths of such
a great depression that we lose years trying to recover or a bankrupt in our
business makes us lose entirely our north. Depression, enmities we obtain and
rancor kept for deceptions suffered can hinder and even ruin whole new possibility
in our lives.
When we insist on keeping fresh in our minds the memory of situations that
produced such feelings they end up becoming a stubbing stone that prevents us
from seeing clearly the future. Product of it we jumped at the opportunity to do
good business because it involves someone we don’t want to relate to. We missed
the opportunity to establish a new relationship because we are still engaged in
hating our previous partner or crying his death. We stopped being happy because
our souls are filled with bitterness and spite that do not allow us to enjoy another
feeling and our minds are busy recalling situations that we should have left in
the past.
It is true that events in our lives are like an print in stone that will never
wipe out but the attitude we take toward them can determine our course no
matter how hard these events are. Every loss in our lives whether commercial, personal
or family has a process that must be met for us to leave it behind. This
process consists of three stages; Despair, mourn and farewell.
To despair we arrive on our own.
That is what we feel every time life strikes us with its merciless whip; we can
stay in it for the rest of our lives, for a long time or just a good time. Our
attitude towards the event is what will take us out and when I say attitude I
mean the best for a desperate mind is a great deal of hard and strenuous work. The
less time we have to unleash suffering our best though.
We call mourn time it takes us to
make the event stop to hurt or embarrass us as applicable. Enter it when despair
gives way to depression. There are mourns that last for the rest of life and mourns
we leave after a short time. It depends on our courage. It has to do with our
ability to face facts with our heads held high. When we reach that point where we
say to ourselves that all we can do is to take courage to go on having clear
that what we lived made us what we are and doing our best from now on is all we
can do to improve our lives mourning ends; That assumption is precisely what we
call farewell from there pain disappears
and the event becomes no more than just another memory in our minds.
Time is to our lives what sand is to an hourglass, fast and merciless slips
like sand and there is no way to do it back. If you really want to complete your
destiny do not waste your life suffering for what already happened. Gird your
soul with fortitude and advancing steadily toward the next chapter in the book
of your life path. Experiences lived will alert you to hazards, will be the beacon
to guide you. Fear not!
Dejar Atras El Pasado
Hay ocasiones en la vida
de todos en las que sufrimos percances que nos marcan de una manera brutal.
Puede ser que la muerte de un ser querido nos arroje en el fondo de una depresión
tan grande que perdamos años intentando recuperarnos o que una banca rota en
nuestros negocios nos haga perder por completo el norte que seguimos. La depresión,
las enemistades que logramos y el rencor por las decepciones sufridas pueden
entorpecer e incluso arruinar toda nueva posibilidad en nuestras vidas.
Cuando insistimos en
conservar fresco en nuestras mentes el recuerdo de situaciones que produjeron
esa clase de sentimientos ellos acaban por convertirse en una inmensa piedra que
nos impide ver de manera clara el porvenir. Producto de ella dejamos pasar la
oportunidad de hacer un buen negocio porque este involucra a alguien con quien
no queremos relacionarnos. Dejamos pasar la oportunidad de establecer una nueva
relación porque estamos aun enfrascados en odiar a nuestra pareja anterior o
llorando su partida. Dejamos de ser felices porque nuestras almas están ocupadas
con el rencor y el pesar que no nos permiten disfrutar de otro sentimiento y nuestras
mentes están ocupadas rememorando una y otra vez situaciones que deberíamos haber
dejado en el pasado.
Es verdad que los eventos
en nuestras vidas son como un grabado en la piedra que no se borrara jamás pero
la actitud que asumimos frente a ellos puede determinar nuestro rumbo independientemente
de esos eventos. Toda perdida en nuestras vidas; sea comercial, familiar o
personal, tiene un proceso que se debe cumplir para que podamos dejarlo atrás.
Ese proceso consta de tres estadios. Desesperanza, duelo y despedida.
A la desesperanza llegamos solos, eso es lo que sentimos cada vez que la
vida nos azota con su látigo inclemente; podemos quedarnos en ella por el resto
de nuestras vidas, por un largo tiempo o por un buen rato. La actitud que
asumimos ante los hechos es lo que nos sacara de ella y cuando hablo de actitud
me refiero a que lo mejor para una mente desesperada es una gran dosis de
trabajo arduo y extenuante. Entre menos tiempo tenemos para darle rienda suelta
a nuestro pesar mejor.
Llamamos duelo al tiempo que nos toma lograr que
el evento nos deje de doler o avergonzar según sea el caso. Entramos en él
cuando la desesperanza cede el paso a la depresión. Hay duelos que duran por el
resto de la vida y duelos que abandonamos después de un breve tiempo. Depende
de nuestro propio valor. Tiene que ver con nuestra capacidad para enfrentar los
hechos con la frente en alto. Cuando alcanzamos ese punto en el que nos decimos
a nosotros mismos que todo lo que podemos hacer es llenarnos de valor y seguir
adelante teniendo claro que lo vivido nos convirtió en el ser humano que somos
hoy y que vivir mejor de hoy en adelante es todo lo que podemos hacer para mejorar
nuestras vidas el duelo termina; Esa asunción de los hechos es precisamente la despedida a partir de allí el dolor
desaparece y el evento pasa a ser solo otro recuerdo más en nuestras mentes.
El tiempo en nuestras
vidas es como un reloj de arena, se cuela rápido e inclemente como la arena y
no hay manera de hacerlo retroceder. Si realmente quieres completar tu destino
no desperdicies tu vida en sufrir por lo que ya paso. Ciñe de fuerza tu alma y
avanza con paso firme hacia el próximo capítulo
en el libro de tu vida. Lo vivido te servirá de alerta ante los peligros, será el
faro que te guie. ¡No temas!
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