I was born free, God made me free and men’s laws too. There
is no nation in this world that does not grant freedom and full use of free
will to all its inhabitants but there are forms of slavery which are not
punishable by law; probably the cruelest of them is what we seek by misusing
the free will that is part of our freedom.
One of those dangerous ways to use our free will is
the choosing of the people with whom we establish friendship or relationships
which when not being appropriate may lead us to paths which will chain us to
vice, bankruptcy, crime and misery and will end up by turning our lives into
the opposite of what we ourselves planned for our future.
Life of one who walks in bad company is often a
vicious circle. …We fail, repent, mend our behavior, we reunite with our
friends, we fail... Addict returns to vice reuniting with his friends after a
hard period of detoxification. Offender repeats when reunites with his friends
after a hard time in prison. Of course there is people who do amend, they often
get out of the vicious circle getting away from bad companies.
It happens a little different with relationships. This
is a link harder to cut than friendship. Couple may get marriage counseling and
get out of the circle without dissolving the bond or in some masochistic way
remain on it for the rest of their lives. They can also leave the circle by dissolving
the bond but when we have children there is a link that will keep us close even
after divorce.
Greed is the largest and most harmful form of slavery
which exists. There is much to covet in this world, love of someone else’s
partner, prestige, power, money, fame, beauty, etc.. To achieve what covet we will
do anything. Betray our friends and ourselves and even our family. We will
destroy those who hinder our way to the coveted goal and at the end we will be
slaves to what we seek.
By coveting another's wife King David lost his
exaltation, he bounded himself with the chains of death for the whole eternity.
To preserve their economic power beyond this life Egyptian pharaohs tied the
people that served them to slavery in the service of their descendants who
forced them to work hard to amass a new fortune every time a pharaoh died and
was buried with his treasures. Resurrection is not even close and their
treasures were fodder for grave robbers very long time ago.
Money, fame and power often enslave us with chains of flattery. It is very
difficult not to succumb to those who exalt the virtues we do not even have or
they would not have noticed if we were not rich, powerful or famous. This form
of slavery often makes us puppets to whom we thought we would be masters to
reaching the goal.
We plan a course for our lives and along our progress
the choices we make can lead us directly to achieving our initial dream or lead
us to a completely different direction. How often the girl who dreamed of being
a dancer got a job to pay her outfits and so well did that ended up as
president of a major consortium.
As we mature our dreams and goals change. This is not
serious, what it is serious is to harm others to achieve what we want. We came
into this world to be kind, to love the not perfect ones, to lavish hugs to the
dispossessed and kisses stirring to change to who has lost his way.
There is no more benign force than love. Love heals,
love regenerates, love sets free, love fills our souls with the divine light of
God and when I say love cures I’m literal. Love produces joy and joy results in
the production of hormones that heal or reduce fatal ailments like cancer.
Who is benign is loved by all and in turn also loves.
His self-esteem grows and knowing how valuable is makes him blissful. By sharing
that joy with others waters through this world the flowers of love and kindness
and the fruits he harvest are of eternal significance.
Include earning for yourself the gift of becoming
benign in the personal goals you hope to achieve next year and it will follow
as night to day that you will achieve happiness and love.
Ser Benigno
Naci
libre, Dios me hizo libre y las leyes del hombre también. No hay nación de este
mundo que no conceda la libertad y el pleno uso del libre albedrio a todos sus
habitantes pero hay formas de esclavitud que no están penadas por las leyes;
probablemente la más cruel de ellas sea la que nos procuramos mediante el mal
uso del libre albedrio que es parte de nuestra libertad.
Una de esas
peligrosas maneras de usar nuestro libre albedrio es la elección de las personas
con quienes establecemos relaciones amistosas o amorosas que de no ser las
apropiadas podrían conducirnos por senderos que nos encadenaran al vicio, la
bancarrota, el delito o la desdicha y que terminaran por convertir nuestra vida
en lo opuesto de lo que nosotros mismos planeamos para nuestro futuro.
La vida de quien
anda en malas compañías a menudo es un círculo vicioso. …..Fallamos, nos
arrepentimos, enmendamos nuestra conducta, nos rencontramos con nuestros
amigos, fallamos,….. El adicto vuelve al vicio tras reencontrarse con sus
amigos después de un duro periodo de desintoxicación. El delincuente reincide
tras reencontrarse con sus amigos después de un duro periodo en prisión. Claro
está que hay quienes si se regeneran, ellos a menudo consiguen salir del círculo
vicioso alejándose de las malas compañías
Ocurre un tanto
distinto con las relaciones amorosas. Este es un vinculo más difícil de cortar
que la amistad. Puede ser que recurramos a terapia de pareja y salgamos del
circulo sin disolver el vinculo o que de manera un tanto masoquista permanezcamos
en el por el resto de nuestras vidas. También podemos salir del círculo
mediante la disolución del vínculo pero cuando tenemos hijos hay un nexo que
nos mantendrá cerca incluso después del divorcio.
La mayor y más
nociva forma de esclavitud que existe es la codicia. Hay mucho que codiciar en
este mundo; el amor de la pareja de otro, prestigio, poder, dinero, fama,
belleza, etc. Para alcanzar aquello que codiciamos seremos capaces de cualquier
cosa. Traicionaremos a nuestros amigos y a nosotros mismos e incluso a nuestra
familia. Destruiremos a aquellos que entorpecen nuestro camino hacia la
codiciada meta y al final seremos esclavos de aquello que procuramos.
Por codiciar la
mujer ajena el rey David perdió la exaltación, se ato a sí mismo con las
cadenas de la muerte por toda la eternidad. Por conservar el poder económico
allende esta vida los faraones egipcios ataron al pueblo que los sirvió a la
esclavitud al servicio de sus descendientes quienes los obligaron a trabajar
duramente para amasar una nueva fortuna cada vez que un faraón murió y fue
sepultado con sus tesoros. La resurrección aun no está cerca y hace ya largo
tiempo que sus tesoros fueron pasto a los saqueadores de tumbas.
El dinero, la fama
y el poder a menudo nos esclavizan con las cadenas de la adulación. Es muy
difícil no sucumbir ante aquellos que nos ensalzan por virtudes que ni siquiera
poseemos o que ellos no habrían notado si no fuéramos ricos o famosos. Esa
forma de esclavitud a menudo nos convierte en títeres de los que pensábamos
dominar al alcanzar la meta.
Planeamos desde
temprano un curso para nuestras vidas y sobre la marcha las elecciones que
hacemos pueden llevarnos directo hacia el logro de nuestro sueño inicial o
perdernos por completo. Cuantas veces la niña que soñó con ser bailarina obtuvo
un empleo para pagar sus leotardos y tan bien le fue que termino convertida en
presidente de un importante consorcio.
En la medida que
maduramos nuestros sueños y metas cambian. Esto no es grave, lo grave es causar
daño a otros para alcanzar aquello que deseamos. Vinimos a este mundo a ser
benignos, a amar a aquel que no es perfecto, a prodigar abrazos al desamparado
y besos que incitan al cambio a aquel que ha perdido el camino.
No hay fuerza más
benigna que el amor. El amor cura, el amor regenera, el amor libera, el amor
llena el alma de la divina luz de Dios y cuando hablo de curar soy literal. El
amor produce dicha y la dicha genera la producción de hormonas que curan o
reducen males fatales como el cáncer.
Quien es benigno es
amado por todos y a su vez el también ama. Su autoestima crece y el saberse
valioso lo llena de dicha. Al compartir esa dicha con otros riega por este
mundo las flores del cariño y la bondad y los frutos que cosecha de ellas son
de alcance eterno.
Incluye el ganar
para ti mismo el don de la benignidad en las metas personales que esperas lograr el próximo año y de ello se seguirá
como la noche al día que lograras la dicha y el amor.
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