Every doctrine book says that being truthful set us free, that‘s a reality we
come to understand when lie makes pitfalls in our lives. Lies; either told by
ourselves or invented by others can create great depths in our relationship
with our children, partners and with those who make part of our environment.
Sometimes we think if we lie about ourselves to pretend we are better than
we are will do no harm but there’s nothing more disappointing than finding the
truth behind someone who has earned our respect, affection or admiration by lying.
Fraud can be as innocuous as an "I have green eyes" of whom wear
contact lenses and once the relationship is established on lies, they just go
together to the beach and, surprise! green eyes had to remove contact lenses
leaving discovered her black eyes. Who lies in small things will lie in the big
ones too, even if it seems innocent little lies could not just start the brake down of a relationship
but give rise to being lied too since honesty should be reciprocal.
The worst of the little lies forged to adorn ourselves is that when we lie
we have to keep on lying to hold the first we told burying truth under a labyrinth
that sooner or later will be toured by the truth leaving us naked before those we
deceived. How embarrassing to be caught lying! Then opens before us the hell we
build with our forest of lies and once inside it, coming out is like a tough to
climb hill because shame enchains us to the bottom of it.
Qualities with which we decorate ourselves to be more palatable to our
partners; that gentleness that goes beyond the limits of truth and that
inexhaustible capacity of understanding we often pretend to have in dating are
the basic cause of divorces occurred in the first year of marriage. It seems
that as soon as we hand the certificate that guarantees our rights the real me
jumps out of the bottom of the hole into which we plunged it, preying on our
partner and bare in his vices mess up living with the one that seemed to be
ideal.
The longer dating is the longest time we have to delve into the construction
of the ideal partner that breaks before our eyes once we get married. That’s
why I always call “broken idols” to that stage in which we reconstruct the idol
with the pieces of truth we obtain and learn to live with whom he/she really is.
The vast majority of couples fail to exceed the stadium and end the
relationship.
An event that always makes me laugh when I remind myself breaking the idol
rupture occurred just three weeks after I got married. My ex husband is an army
colonel I met a few months before his promotion to lieutenant; when I was in
training period in a battalion of reserve officers. He was used to command, had
a bad temper that often got him into trouble but when it came to me even his
voice sounded different, never forgot opening the door even if the car was an
army truck and always carried my packages like the lightest of loads. Finished
our honey moon, we arrived to the town where he was located since more than six
months before the wedding and went to buy food for the first time. Way ahead of
me for the entire market taking items without even consulting me if that
pleased and after canceling left the store walking like a king leading a march.
He opened the car door and turned to look at me for the first time, then asked kind of bewildered and surprised -where is the
food we bought?- His face was so eloquent, no doubt saying "Chief bought, Chief
paid, How can bravo didn’t carry?" Put my face of silly girl and answer –Honey
you left it in the market, go get it!–
The one who hides his real character has to tolerate what he pretended to
like. His life turns sour and acidic ours with his attitude since misery cannot
be hidden. The tremendous thing about the period of coupling is that lies come
from both sides. Everyone who falls in love intends to show the other his best
side preventing his partner from finding out how he really is. Therefore, as
our idol brakes before our eyes we also break in front of our partner’s. Each
one picks up the pieces of the other, If we like him after that the relationship
is established on a new basis, the truth. The one we really are and that one we
like despite his potholes.
In every event of life, be yourself!
Honestidad la joya mas cara de una relacion
Dicen las escrituras que
la verdad hace libre, esa es una realidad que solo comprendemos cuando la
mentira hace escollos en nuestra vida. Las falsedades contadas por nosotros
mismos o inventadas por otros pueden crear grandes abismos en nuestra relación
con nuestros hijos, con nuestra pareja y con aquellos que forman parte de
nuestro entorno.
A veces pensamos que si
mentimos sobre nosotros mismos para quedar bien no hacemos daño alguno pero
nada hay más decepcionante que encontrar la verdad detrás de alguien que se ha
ganado nuestro respeto, cariño o admiración por medio de la mentira. El engaño
puede ser tan inocuo como un “tengo los ojos verdes” de quien usa lentes de
contacto y una vez establecida la relación sobre una mentira van a la playa
juntos y, oh sorpresa, ojitos verdes tuvo que sacarse los lentes de contacto
dejando al descubierto sus ojos negros. Quién miente en pequeñas cosas mentira también
en las grandes, aunque parezca tonta esa pequeña mentira puede no solo dar
inicio a una gran fractura en la relación sino dar pie para que nos mientan también
puesto que la honestidad debe ser reciproca.
Lo más grave de esas
pequeñas mentiras forjadas para adornarnos a nosotros mismos es que para
sostenerla debemos mentir muchas veces mas sepultando la verdad en un laberinto
de mentiras que tarde o temprano será recorrido por la verdad dejándonos desnudos
ante aquellos a los que engañamos. ¡Que vergonzoso ser sorprendido mintiendo! Entonces
se abre ante nosotros el infierno que construimos con nuestro bosque de
mentiras y una vez dentro de el, salir es una cuesta difícil de subir porque la
vergüenza nos encadena y atrae hacia dentro del mismo.
Las cualidades con la que
nos engalanamos para ser más apetecibles ante nuestra pareja, esa docilidad de carácter
que rebasa los límites de la verdad y esa inextinguible capacidad de comprensión
que a menudo fingimos en el noviazgo son
la causa básica de los divorcios ocurridos en el primer año de casados. Parece
ser que tan pronto como tenemos en la mano el certificado que garantiza
nuestros derechos el verdadero yo salta desde el fondo del hueco en que lo
sumergimos haciendo presa de nuestra pareja con todos sus vicios al descubierto
y entorpece la convivencia con ese ser que parecía ser el ideal.
A mayor tiempo de noviazgo
mayor tiempo para ahondar en la construcción del ser ideal que se rompe ante
nuestros ojos una vez nos casamos. Por eso siempre llamo a ese estadio en el
que reconstruimos el ídolo con los trozas de verdad que obtenemos y aprendemos
a convivir con el “ídolos rotos” La gran mayoría de las parejas no consiguen
rebasar el estadio y terminan la relación.
Un evento que a menudo me
hace reír cuando me recuerdo a mi misma rebasando la ruptura del ídolo ocurrió apenas
tres semanas después de casarme. El padre de mis hijos es un coronel del ejército;
lo conocí unos meses antes de su ascenso a teniente, cuando yo estaba en
periodo de entrenamiento en un batallón de oficiales de reserva. Estaba
acostumbrado a mandar, tenía mal carácter y por eso a menudo se metía en
problemas pero cuando se trataba de mí hasta su voz era diferente, nunca
olvidaba abrirme la puerta aunque el vehículo fuera un camión de campaña y
siempre cargaba mis fardos como si fuera la más ligera de las cargas. Terminado
nuestro viaje de boda, llegamos al pueblo en que el estaba acantonado desde hacía
más de seis meses y fuimos a comprar víveres por primera vez. Camino delante de
mí por todo el mercado tomando artículos sin ni siquiera consultarme si ese me
agrada y al cancelar salió de la tienda cual reyecito presidiendo una marcha. Abrió
la puerta del carro y volteo a mirarme por primera vez, entonces pregunto entre
desconcertado y sorprendido– ¿En donde esta lo que compramos? – Su rostro era
elocuente, decía sin lugar a dudas “Cacique compro, Cacique pago, ¿Por qué bravo
no cargo?” Puse cara de niña tonta y conteste – Amor lo dejaste en la caja,
corre a buscarlo –
Quien oculta su verdadero carácter
tiene luego que soportar todo eso que nos hizo creer que le agradaba. La vida
se le vuelve amarga y acidifica la nuestra con su actitud puesto que la
desdicha no se puede ocultar. Lo tremendo de ese periodo de acoplamiento es que
las mentiras surgen de ambos lados. Todo el que se enamora trata de mostrar su
mejor cara impidiéndole al otro conocer a ese que realmente somos. Luego,
mientras nuestro ídolo se rompe ante nuestros ojos nosotros también nos
rompemos ante nuestra pareja. Cada uno recoge los pedazos del otro, si nos
gusta después de eso la relación se establece sobre una nueva base; la verdad.
Ese ser que realmente somos y ese que nos agrada a pesar de sus baches.
En todos los eventos de la
vida, ¡se tu mismo!