All human beings in this world think at some point in
our life that we need to learn to defend
ourselves in case we have to face adverse circumstances. Practice has proved that who carries a gun without knowing how to use it
often gets killed by his assailant by injuries made with his own weapon. I know
someone who is karate’s black belt that faced a thief in the street hitting him
with her umbrella as yelling for help; my friend had won many tournaments on
the day this happened. I myself when I lived in the central town of a populous
city went to the street every day with a bottle of pepper spray in hand and a finger
on the spray’s clack ready to use but the day that a crazed homeless man
assaulted me shouting "I
shit on God" and acting as
if he was going to hit me I got stunned looking at the man without even trying
to use the gas, in fact I did not even remember I had in my hand.
Attack another person is somewhat similar to selling
door to door way. Such sellers have the first few minutes with the client to
make the promotion. If they don’t cause a good impression lose the sale.
Likewise, the aggressor counts on the shock factor to impact the victim and
achieve his goal; a person walking in alertness in the streets is unlikely to be
a victim of aggression even when not carrying any weapons. The victim goes
through several stages during the assault; first is surprise. Nobody expects to be attacked, even in the midst of
alertness noticing that we are about to be attacked cause some commotion that
will be limited to only a slight acceleration of the heart rate if we really
are on alert. The next stage in this case will be an immediately decision making to prevent the attack from occurring. I
will explain myself with a personal experience.
Once upon entering a bank noticed that was being
chased by two men, walked beside me as if we were together and when I
approached the cashier desk remained at the end of the line as if were waiting
for me. Changed the check and walked to the bank’s door with the two men
walking by my side. Blocked by both sides, it was obvious that they would trap
me as soon as out of the bank security zone but right at the door I stopped
suddenly and behave as if had forgotten something important. I climbed the
stairs to the office of attention to credit card owners leaving them standing
there in a waiting attitude. Once up I told the watchman these men were going
to rob me and he led me to the employees’ door in the back of the building. I
was several blocks away from the parking lot so I got into a mall and tried on
clothes in every store while my persecutors sought his victim in the street. Lost
the whole morning but I came out unscathed and with all my money. Otherwise, when
we are surprised or cannot prevent the aggression from occur surprise itself
makes us easy prey. Our heart races, sphincters relax and fear prevents us from
making good decisions. In this case the stage that follows is anger.
Many people end up in jail for killing their attacker
when no longer can be considered self-defense because prey to anger hit back or
chases the thief until catching him. When we are no longer the victim but the
aggressor, and when this happens the buying also becomes a weapon against us
because self-defense has clear rules and one of them is called advantage. The
one who has a more powerful weapon has an advantage over his opponent so a
higher caliber we get a greatest risk of ending up in jail. However it is a
fact that we should all be prepared for the unexpected and that no matter how alerts
our senses are sooner or later we may manage not to be able to prevent an aggression.
The best defenses are in every case being on the alert and keep calm in our
actions. I know it sounds ambiguous but the alert I mean is not alarm but the
use of peripheral vision to scrutinize the track, see detail for people to know
if their attitude shows a possibility of being an aggressor. Crossing the
street is sometimes enough; the attacker is looking for a dupe not for someone
who is willing to defend. The calmness of which I speak is not serenity but
coldness when to act, to maintain such an attitude that can be able to make
decisions in a split second. Developing this kind of attitude is easy, just
have to set the kind of situations that we could eventually face, determine the
correct action to take and practice it. This way that kind of action will be
stored in our immediate memory as recourse of action to make whenever we really
face the situation.
This is just one of many events we must think about when we consider the scripture
that says “Be prepared and if ye are prepared ye shall not fear” Whatever the aspect in which you consider it keep
always clear that moderation is important. No point having an emergency bag for
natural disasters if that bag is so heavy that won’t let you escape from the
place neither helps to save as much that will have to deprive us of what we
need to fulfill our goal of saving. Everything has its proper measure and it is
important not to overdo it.
En
Caso Extremo
Todos los seres humanos
del mundo pensamos en algún momento de nuestra vida que necesitamos aprender a
defendernos por si acaso tuviéramos que enfrentar circunstancias adversas. La
práctica ha probado que quien porta un arma y no sabe usarla a menudo muere a
manos de su agresor por heridas causadas con su propio armamento. Conozco una
karateca que enfrento un ladrón en la calle dándole golpes con el paraguas
mientras daba gritos pidiendo auxilio; mi amiga había ganado muchos torneos el
día que le ocurrió esto. Yo misma cuando viví en el casco central de una
populosa ciudad iba a la calle cada día con un frasco de gas pimienta en la
mano y el dedo en el atomizador listo para usarlo pero el día que un indigente
enloquecido se arrojo sobre mi dando gritos de “¡me cago en Dios!”
y en actitud de que me golpearía me que quede pasmada mirando el hombre sin ni
siquiera intentar usar el gas, de hecho no recordé que lo tenía en la mano.
Atacar a otra persona es
en cierta manera similar a vender de puerta en puerta. Esta clase de vendedores
cuentan con los primeros minutos frente al cliente para conseguir efectuar la
promoción. Si no causa la impresión apropiada la venta se pierde. Así mismo el
agresor cuenta con el factor sorpresa para impactar a la víctima y conseguir su
objetivo; una persona que camina en actitud de alerta por las calles
difícilmente será víctima de una agresión aun cuando no porte arma alguna. La
victima pasa por varios estadios a lo largo de la agresión; el primero es la sorpresa. Nadie espera ser agredido,
incluso en medio de la actitud de alerta notar que estamos a punto de ser
agredidos causa cierta conmoción que se limitara a solo un ligero aceleramiento
del ritmo cardiaco si realmente estamos en alerta y en este caso le sucederá
una toma de decisiones inmediata
para evitar que la agresión ocurra. Me explicare con una experiencia propia.
En una ocasión al entrar
en un banco note que estaba siendo perseguida por dos hombres, caminaron a mi
lado como si anduviéramos juntos y cuando
me acerque a la taquilla se quedaron en el extremo de la línea como si me
esperaran. Cambie el cheque y camine hasta la puerta del banco con los dos
hombres caminando a mi lado, bloqueada por ambos lados, era obvio que me
sujetarían tan pronto como saliera de la zona de seguridad bancaria pero justo
en la puerta yo me detuve de pronto y me comporte como si hubiera olvidado algo
importante. Subí las escaleras hacia las oficinas de atención para tarjetas de
crédito dejándolos parados allí en actitud de espera. Una vez arriba le dije al
vigilante que esos hombres me iban a atracar y él me guio hasta la salida de
personal en la parte posterior del banco por el ascensor de empleados. Tenía
varias cuadras que recorrer hasta el estacionamiento así que me metí en un
centro comercial y me probé ropa en todas las tiendas mientras mis
perseguidores buscaban a su víctima en la calle. Perdí toda la mañana pero salí
ilesa y con mi dinero completo. En
caso contrario, cuando nos toman por sorpresa o no logramos evitar la agresión
la misma sorpresa nos convierte en presa fácil. El corazón se acelera, los
esfínteres se liberan y el temor nos impide tomar decisiones apropiadas. En
este caso el estadio que le sigue es la ira.
Muchas personas acaban en
la cárcel por haber matado a su agresor cuando ya no se puede considerar
defensa propia porque presa de la ira dispara por la espalda o persigue al
ladrón hasta que lo atrapa. Cuando ya no somos la victima sino el agresor y,
cuando esto ocurre el haber comprado un arma también se vuelve en contra
nuestra porque la defensa propia tiene reglas claras y una de ellas es la
ventaja. El que tiene un arma de mayor potencia lleva ventaja sobre su oponente
así que a mayor calibre más riesgo corremos de terminar en la cárcel. Sin
embargo es un hecho que todos debemos estar preparados para lo inesperado y que
por alertas que estén nuestros sentidos tarde o temprano puede ser que no
logremos evitar una agresión. La mejor defensa en todo caso es una actitud de
alerta y serenidad en las acciones. Sé que parece ambiguo pero el alerta al que
yo me refiero no es alarma sino el uso de la visión periférica para escrutar la
vía, ver detalladamente a las personas para saber si su actitud evidencia la
posibilidad de ser un agresor. Cambiarnos de acera a veces es suficiente, el
agresor busca a un incauto no a alguien que esté dispuesto a defenderse. La
serenidad de la que hablo tampoco es calma sino frialdad a la hora de actuar,
mantener una actitud tal que seamos capaces de tomar decisiones en una fracción
de segundo. Desarrollar esta clase de actitud es fácil, solo hay que establecer
la clase de situaciones que podemos enfrentar, determinar cuál es la acción
correcta a seguir y practicar para que esa clase de acción este guardada en
nuestra memoria inmediata y nuestro instinto recurra a ella cuando realmente
enfrentemos la situación.
Este es apenas uno de los
muchos eventos en los que debemos pensar cuando consideramos la escritura que
dice “Estad preparados y
si estáis preparados no temeréis” Sea cual sea el aspecto
en el que la consideres ten siempre claro que la moderación es importante. De
nada sirve tener un bolso para casos de emergencia por catástrofes naturales si
ese bolso pesa tanto que te impedirá escapar del lugar y tampoco sirve de nada
ahorrar tanto que nos privemos de lo que necesitamos para cumplir con nuestra
meta de ahorrar. Todo tiene su justa medida y es importante no excederse.
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