There is nothing man has coveted more through all
generations of time that happiness and nothing has confused him more that finding
his way to it. We base our search on the impact we cause on others, love others
give us, awards we can win, degrees we can obtain, in richness we can
accumulate; in anything outside of ourselves because this way our subconscious will
find foreign responsible ones to our misery.
How many times have we said or heard others say that
our boss is embittering our lives or our partner’s behavior makes us unhappy?
How often do we stop to consider our portion of
responsibility in the misery we blame others for?
How can we break with what makes us unhappy?
Probably the most repeated act of breaking with misery
is divorce. A high percentage of divorced people go through a series of unhappy
marriages where after each divorce they find another couple who will grant them
the same misery they got in their previous marriages. This is due to the fact
that happiness, no matter what our life circumstances are, begins and ends
within ourselves. No one that can make us happy, happiness is a private and
intrinsic act of each individual. It's about how we take our facts and
circumstances not to who we share these events with.
Being that happiness is a private act and we have to reach
it ourselves, we cannot grant it to others either, everyone must reach his own.
What we can do is share what we have. This is the basic reason why I always say
that in marriage children are thus happy; -“My partner and I are happy, thus
our kids are happy too"- and that within the couple happiness does not
depend on what the other does but on what we do ourselves.
When it comes to being happy I always say everyone should
have his own adventure. Get the profession which really pleases you; get the
kind of job that satisfies you, join groups and associations in which you’ll do
the things you enjoy doing. Grant yourself some spare time. It’s a terrible
mistake to fill our day to day with activities that leave us without any free
time to enjoy the simple things of life, those that satisfy us, as it is a
terrible mistake to put the happiness of others before our own. An even greater
error is sacrificing our life adventure for the good of our partner. Nearly one
hundred percent of the women who are unhappy in marriage are so because they
put aside their own lives to become the vase of her husband's house. Once her
whole world revolves around him, every little disappointment will be an
insurmountable sea to her that has nothing else to think about. Her life ends
up soured by trifles and once she has boarded the ship of unhappiness all that retains
her in marriage is her fear to retake her own life.
Such women often save time and money ceasing to take
care of their personal appearance thereby predisposes for adultery. Almost all
cheaters when arguing accuse their partners of lacking of it. They are not
unique in this regard. Men who stop watching their weight and appearance take
the same risk as vase-women.
If you really want to be happy in this life stop
blaming others for your failures and setbacks. Assume full responsibility for
your actions. Live your own life instead of trying to live through your partner
or your children. Make your own dreams come true; reaching the goal will never
be the same as helping others to reach theirs. I am not encouraging you to stop
being part of the team to achieve the goals of your loved ones neither to stop
making small sacrifices on their behalf but your whole life is not a “small
sacrifice” but a total deposition of yourself on behalf of an us you do not
even know if will last forever.
It is engaged in the production of our own happiness
we should be. Once find it everyone around us will be happy too. Of course
there will be circumstances that overshadow their lives but we will not be part
of them. Get off the ship of misery and on board the train your own adventure.
Live, live intensely every day of your life.
La
Clave De La Felicidad
Nada ha ambicionado más el
hombre a través de todas las generaciones del tiempo que encontrar la felicidad
y en nada ha estado más despistado que en el camino hacia ella. Basamos nuestra
búsqueda en la impresión que podemos causar en los demás, en el amor que otros
nos tienen, en los premios que podemos ganar, en los títulos que podemos
obtener, en la riqueza que podemos acumular. En cualquier cosa que este fuera
de nosotros mismos porque de esta manera nuestro subconsciente encontrara
culpables foráneos para nuestra desdicha.
¿Cuántas veces hemos dicho
u oído que nuestro jefe nos está amargando la vida o que la conducta de nuestra
pareja nos hace desdichados?
¿Con que frecuencia nos
detenemos a analizar nuestra cuota de participación en la desdicha que endilgamos
en otras personas?
¿Qué hacemos para romper
con aquello que nos hace infelices?
Probablemente el más
repetido acto de romper con la desdicha es el divorcio. Un altísimo porcentaje
de personas divorciadas pasan por una serie de matrimonios desdichados en los
que tras cada divorcio se consiguen otra pareja que les propine la misma
desdicha que tuvieron en sus matrimonios anteriores. Esto se debe a que la
dicha, sea cuales sean nuestras circunstancias de vida, empieza y termina
dentro de nosotros mismos. No existe nadie que pueda hacernos felices; la
felicidad es un acto privado e intrínseco de cada individuo. Tiene que ver con
la manera en que asumimos nuestros hechos y circunstancias, no con quien
comparte esos eventos con nosotros.
Siendo que la dicha es
privada y que solo nosotros mismos podemos alcanzarla tampoco podemos
otorgársela a otros, cada quien debe alcanzar la suya propia. Lo que si podemos
hacer es compartir la que tenemos. Esta es la razón básica por la que siempre
digo que en el matrimonio los hijos son felices por ende. -“Mi pareja y yo
somos felices, por ende nuestros hijos son felices también”- y la dicha dentro
de la pareja no depende de lo que el otro hace sino de lo que nosotros mismos
hacemos.
Cuando se trata de ser
felices yo siempre digo que cada persona debe tener su propia aventura.
Estudiar aquello que realmente le agrada, trabajar en aquello que le satisface,
integrarse en grupos y asociaciones en los que se realizan actividades que le
agradan. Concederse tiempo para sí mismo. Es un terrible error colmar nuestro día
a día de actividades que no nos dejen tiempo libre para disfrutar de las cosas
sencillas de la vida, esas que nos satisfacen, como también es un terrible
error anteponer la dicha de otros a la nuestra. Mayor error aun es el
sacrificar nuestra aventura de vida en bien de nuestra pareja. Casi el cien por
ciento de mujeres desdichadas en el matrimonio lo son porque pusieron a un lado
su propia vida para convertirse en el florero de la casa de su marido. Una vez
que todo su mundo gira en torno a él, cualquier pequeñez será un mar insalvable
para ella que no tiene nada mas en que pensar. Su vida termina por agriarse por
insignificancias y una vez que ha abordado la nave de la desdicha lo único que
la retiene en casa es el temor a retomar su propia vida.
Esta clase de mujer a
menudo ahorra tiempo y dinero cuidando poco de su apariencia personal con lo
cual se predispone para la traición. Casi todos los hombres infieles al tratar
el tema acusan a su pareja de falta de decoro personal. La mujer no es caso
único en este sentido. El hombre que deja de cuidar su peso y su apariencia
corre los mismos riesgos que la mujer florero.
Si quiere Usted realmente
ser feliz en esta vida deje de culpar a otros por sus fracasos y tropiezos.
Asuma plenamente la responsabilidad de sus hechos. Viva su propia vida en lugar
de tratar de vivir a través de su pareja o de sus hijos. Alcance sus propios
sueños; coronar la meta nunca será lo mismo que ayudar a otros a coronar las
suyas. No quiero decir con esto que deje Usted de participar en la obtención de
los logros de su familia ni que deje de hacer pequeños sacrificios en nombre de
ellos pero toda su vida no es un pequeño sacrificio sino una deposición total
del yo en nombre del nosotros que no sabemos si durara por siempre.
Es embarcados en la
obtención de nuestra propia felicidad que debemos estar y cuando la tengamos
todo el mundo a nuestro alrededor será feliz también. Desde luego habrá
circunstancias que ensombrezcan sus vidas pero nosotros no seremos parte de
esas circunstancias. Bájese ya de la nave de la desdicha y aborde el tren de la
aventura propia.
Vive, vive intensamente
todos los días de tu vida.
There is nothing man has coveted more through all generations of time that happiness and nothing has confused him more that finding his way to it. We base our search on the impact we cause on others: the love others give us, awards we can win, degrees we can obtain, in the fortune we can accumulate; in anything outside of ourselves because this way our subconscious will find foreign responsible ones to our misery.
How often do we stop to consider our portion of responsibility in the
misery we blame others for?
How can we break with what makes us unhappy?
Probably the most repeated act of breaking with misery is divorce. A high
percentage of divorced people go through a series of unhappy marriages where after
each divorce they find another couple who will grant them the same misery they
got in their previous marriages. This is due to the fact that happiness, no
matter what our life circumstances are, begins and ends within ourselves. No
one can make us happy, happiness is a private and intrinsic act of each
individual. It's about how we take our facts and circumstances not to who we share
these events with.
Being that happiness is a private act and we have to reach it ourselves, we cannot
grant it to others either, everyone must reach his own. What we can do is share
what we have. This is the basic reason why I always say that in marriage children
are thus happy; -“My partner and I are happy, therefore our kids are happy too"-
and that within the couple happiness does not depend on what the other does but
on what we do ourselves.
When it comes to being happy I always say everyone should have his own adventure.
Get the profession that really pleases you; get the kind of job that satisfies
you, join groups and associations in which you’ll do the things you enjoy
doing. Grant yourself some spare time. It’s a terrible mistake to fill our day
to day with activities that leave us without any free time to enjoy the simple
things of life, those that satisfy us, as it is a terrible mistake to put the
happiness of others before our own. An even greater error is sacrificing our
life adventure for the good of our partner. Nearly one hundred percent of the
women who are unhappy in marriage are so because they put aside their own lives
to become the vase of her husband's house. Once her whole world revolves around
him, every little disappointment will be an insurmountable sea to her that has
nothing else to think about. Her life ends up soured by trifles and once she
has boarded the ship of unhappiness all that retains her in marriage is her fear to
retake her own life.
Such women often save time and money ceasing to take care of their personal
appearance thereby predisposes for adultery. Almost all cheaters when arguing accuse
their partners of lacking of it. They are not unique in this regard. Men who
stop watching their weight and appearance take the same risk as vase-women.
If you really want to be happy in this life stop blaming others for your
failures and setbacks. Assume full responsibility for your actions. Live your
own life instead of trying to live through your partner or your children. Make
your own dreams come true; reaching the goal will never be the same as helping
others to reach theirs. I am not encouraging you to stop being part of the team
to achieve the goals of your loved ones neither to stop making small sacrifices
on their behalf but your whole life is not a “small sacrifice” but a total
deposition of yourself on behalf of an us you do not know if will last forever.
It is engaged in the production of our own happiness we should be. Once find
it everyone around us will be happy too. Of course there will be circumstances
that overshadow their lives but we will not be part of them. Get off the ship
of misery and board the train of your own adventure.
Live, live intensely every day of your life.
La Clave De La Felicidad
Nada ha ambicionado más el
hombre a través de todas las generaciones del tiempo que encontrar la felicidad
y en nada ha estado más despistado que en el camino para alcanzarla. Basamos
nuestra búsqueda en la impresión que podemos causar en los demás, en el amor
que otros nos tienen, en los premios que podemos ganar, en los títulos que
podemos obtener, en la riqueza que podemos acumular. En cualquier cosa que este
fuera de nosotros mismos porque de esta manera nuestro subconsciente encontrara
culpables foráneos para nuestra desdicha.
¿Cuántas veces hemos dicho
u oído que nuestro jefe nos está amargando la vida o que la conducta de nuestra
pareja nos hace desdichados?
¿Con que frecuencia nos
detenemos a analizar nuestra cuota de participación en la desdicha que
endilgamos en otras personas?
¿Qué hacemos para romper
con aquello que nos hace infelices?
Probablemente el más
repetido acto de romper con la desdicha es el divorcio. Un altísimo porcentaje
de personas divorciadas pasan por una serie de matrimonios desdichados en los
que tras cada divorcio se consiguen otra pareja que les propine la misma
desdicha que tuvieron en sus matrimonios anteriores. Esto se debe a que la
dicha, sea cuales sean nuestras circunstancias de vida, empieza y termina
dentro de nosotros mismos. No existe nadie que pueda hacernos felices; la
felicidad es un acto privado e intrínseco de cada individuo. Tiene que ver con
la manera en que asumimos nuestros hechos y circunstancias, no con quien
comparte esos eventos con nosotros.
Siendo que la dicha es
privada y que solo nosotros mismos podemos alcanzarla tampoco podemos
otorgársela a otros, cada quien debe alcanzar la suya propia. Lo que si podemos
hacer es compartir la que tenemos. Esta es la razón básica por la que siempre
digo que en el matrimonio los hijos son felices por ende. -“Mi pareja y yo
somos felices, por ende nuestros hijos son felices también”- y la dicha dentro
de la pareja no depende de lo que el otro hace sino de lo que nosotros mismos
hacemos.
Cuando se trata de ser
felices yo siempre digo que cada persona debe tener su propia aventura.
Estudiar aquello que realmente le agrada, trabajar en aquello que le satisface,
integrarse en grupos y asociaciones en los que se realizan actividades que le
agradan. Concederse tiempo para sí mismo. Es un terrible error colmar nuestro día
a día de actividades que no nos dejen tiempo libre para disfrutar de las cosas
sencillas de la vida, esas que nos satisfacen, como también es un terrible
error anteponer la dicha de otros a la nuestra. Mayor error aun es el
sacrificar nuestra aventura de vida en bien de nuestra pareja. Casi el cien por
ciento de mujeres desdichadas en el matrimonio lo son porque pusieron a un lado
su propia vida para convertirse en el florero de la casa de su marido. Una vez
que todo su mundo gira en torno a él, cualquier pequeñez será un mar insalvable
para ella que no tiene nada mas en que pensar. Su vida termina por agriarse por
insignificancias y una vez que ha abordado la nave de la desdicha lo único que
la retiene en casa es el temor a retomar su propia vida.
Esta clase de mujer a
menudo ahorra tiempo y dinero cuidando poco de su apariencia personal con lo
cual se predispone para la traición. Casi todos los hombres infieles al tratar
el tema acusan a su pareja de falta de decoro personal. La mujer no es caso único
en este sentido. Ese hombre que deja de cuidar su peso y su apariencia corre
los mismos riesgos que la mujer florero.
Si quiere Usted realmente
ser feliz en esta vida deje de culpar a otros por sus fracasos y tropiezos.
Asuma plenamente la responsabilidad de sus hechos. Viva su propia vida en lugar
de tratar de vivir a través de su pareja o de sus hijos. Alcance sus propios
sueños; coronar la meta nunca será lo mismo que ayudar a otros a coronar las
suyas. No quiero decir con esto que deje Usted de participar en la obtención de
los logros de su familia ni que deje de hacer pequeños sacrificios en nombre de
ellos pero toda su vida no es un pequeño sacrificio sino una deposición total
del yo en nombre del nosotros que no sabemos si durara para siempre.
Es embarcados en la
obtención de nuestra propia felicidad que debemos estar y cuando la tengamos
todo el mundo a nuestro alrededor será también feliz. Desde luego habrá
circunstancias que ensombrezcan sus vidas pero nosotros no seremos parte de
esas circunstancias. Bájese ya de la nave de la desdicha y aborde el tren de la
aventura propia.
Viva, viva intensamente
todos los días de su vida.
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