Have you ever heard anyone say No
one knows what he has until he loses it? Procrastination could be considered as sin of
omission. If you think about it there is no great difference between not doing and
delay in doing. Let me clarify my point of view through your own memory.
Remember when you were a kid and you were ordered to do something while you
were playing? Surely your answer was “yes
mama” and when, after much prodding your mother; tired of waiting demanded
you to do it yet you said again “yeah”.
Off course she angrily asked “when are
you going to do it?” And your answer was “in a while” All children practice passive resistance, they never
refuse to obey but will do it whenever it pleases them and this will generally
be too late, when they receive a punishment along with doing the work they had put
off.
This is the great danger posed procrastination. We
will stop intaking what is harmful to our health; whenever we become so old
that it will seem right to deprive us of its delicious taste. We will begin ingesting
vitamins and other medicines we need; whenever they become part of our diet at
our elderly days. We will apologize for what we did; one of these days; whenever
we no longer feel ashamed to admit it. We will show love to our family;
someday; whenever we have time to socialize with them. The fact is that life is
too short and death reaches us before we take the time to do all the things we know
we need to do.
After my mother died spent long months depressed
remembering all the times I didn’t visit her on vacation because I could use
that time to resolve other issues since I was going to visit her on Christmas anyway.
Could not travel twice a year and even though vacation was longer I had chosen
to spend Christmas with her. I asked myself many times why didn’t I postpone these
issues rather than visits to my mother. Although rushed home each time they
called me because she was seriously ill I blamed myself for not saving her life
as she had done to me in my childhood. At school my teachers expected me to
study medicine, but I chose design; I blamed me for that too.
I had already passed depression when one day while
teaching the daily juvenile doctrine class received a call from my leader to let
me know an old woman from another ward who had just died in a hospital near our
chapel would be brought right away and I would have to prepare her for burial.
Tried to avoid responsibility by saying that it should be done by her own
president but he said I was the president there and it was therefore my
responsibility. We had already finished cleaning and dressing when her son
entered the room and escaped again from the place without even looking. I found
him sitting in the sacramental room, head down and on the verge of tears. I
read a scripture that says we can mourn
our dead and grieve because we have lost the great pleasure of their company in
this life and then said “go
see your mother and kiss her as much as you want because after the burial you’ll
wish to have the chance to give one last kiss but there will not be a body you can
embrace for the last time”.
We feel that same sorrowful feeling when we leave this
world and behold the ones we loved but forgot to kiss and hug often because we were
busy or tired. It hurts to know that there are some who do not love us as much
as we want to be loved because we opened wounds in their souls and were not
able to close them apologizing when we should. It hurts to find that we couldn’t
become what we expected from ourselves because we kept in procrastinating it on
behalf of activities we could have elude. It is true that life is short but time
well spent let us reach more that what we do.
A good practice of life that allow us to leave this
world in peace is this advice I received from a bishop as a teenager:
Do not bring to work or school your personal affairs. You are paid to
work and pay for study, Do so.
Do not bring work problems to your house. Home is for family enjoyment
and also to resolve family issues.
Do not bring family problems to your bedroom. Bed is for rest and also
to enjoy your sexuality with your partner.
Take every vacation you get in the rest of your life. A tired mind does
not function at its maximum potential.
Use your time wisely and you will reach what you hope to achieve in this
world, even full happiness.
¿Crees
Que La Dilación Sea Pecado?
¿Has oído decir alguna vez
que nadie sabe lo que
tiene hasta que lo pierde? La dilación bien podría considerarse
como pecado de omisión. Si lo piensas bien no hay gran diferencia entre dejar
de hacer y demorar en hacer. Permíteme aclarar mi punto de vista por medio de
tu propia memoria. ¿Recuerdas cuando eras niño y se te ordenaba hacer algo
mientras estabas jugando? Seguro que la respuesta era “si mama” y cuando tras mucho insistir tu madre ya harta de esperar
te exigía que lo hicieras ya; decías nuevamente “si mama”. Por supuesto ella enfadada preguntaba “¿cuándo vas a hacerlo?” y tu
contestabas “luego” Todos los niños
practican la resistencia pasiva; nunca se niegan a obedecer pero van a obedecer
cuando les venga en gana y esto generalmente será demasiado tarde, cuando
reciban un castigo junto con la realización de la labor que postergaron.
Este es el gran peligro
que encierra la dilación. Vamos a dejar de consumir eso que es dañino para
nuestra salud; cuando estemos tan viejos que ya nos parezca bien privarnos de
su rico sabor. Vamos a ingerir vitaminas y otros medicamentos que necesitamos;
cuando ya sean parte de nuestra dieta de ancianos. Vamos a pedir perdón por lo
que hicimos, un día de estos; cuando ya no sintamos vergüenza de confesarlo.
Vamos a demostrarle amor a nuestra familia, algún día; cuando tengamos tiempo
para departir con ellos. El hecho es que la vida es demasiado breve y la muerte
nos alcanza antes de que nos tomemos el tiempo para hacer todo eso que sabemos
que necesitamos hacer.
Cuando murió mi madre pase
largos meses deprimida recordando todas las veces que deje de ir a verla en vacaciones
porque podía usar ese tiempo para resolver otros asuntos pues a ella de todas
formas la iría a visitar en navidad. No podía viajar dos veces por año y aun
cuando las vacaciones eran más largas yo había elegido pasar con ella la
navidad. Me pregunte muchas veces porque no postergue esos asuntos en lugar de
las visitas a mi madre. Aunque corrí a casa cada vez que me llamaron porque
estaba grave me culpaba a mi misma por no haber salvado su vida como ella había
hecho conmigo en mi infancia. En el colegio mis maestros esperaban que
estudiara medicina pero yo elegí el diseño; me culpe por eso también.
Ya me había recuperado de
la depresión cuando un día durante la clase de doctrina de los jóvenes recibí
una llamada de mi líder para decirme que acababa de morir una anciana de otra
unidad en un hospital cercano à la capilla y que trasladarían el cuerpo hasta
allí para que yo lo preparara para el entierro. Intente evadir la
responsabilidad diciendo que eso debía hacerlo su propia presidenta pero el
dijo que la presidenta allí era yo y por tanto debía hacerlo. Ya habíamos
terminado de limpiarla y vestirla cuando su hijo entro en la sala y volvió a
escapar del lugar sin siquiera mirarla. Lo encontré sentado en el salón
sacramental, cabizbajo y al borde de las lágrimas. Le leí una escritura que dice
que si podemos llorar a nuestros muertos
y sentir pesar porque hemos perdido el grato placer de su compañía en esta vida
y le dije “ve a ver
a tu madre y bésala cuanto quieras porque después de que sea sepultada desearas
volver a tener la oportunidad de darle un último beso pero ya no habrá un
cuerpo que puedas abrazar por última vez”.
Ese mismo pesar sentimos
al salir de este mundo y contemplar a los seres que amamos pero que nos
privamos de besarlos y abrazarlos muchas veces porque estábamos ocupados o
cansados. Duele saber que hay quienes no nos aman tanto como quisiéramos ser
amados porque abrimos heridas en su alma y no fuimos capaces de cerrarlas
pidiendo perdón cuando debíamos. Duele ver que no logramos llegar a ser aquello
que esperábamos de nosotros mismos porque lo fuimos postergando en función de
actividades de las que bien podríamos haber prescindido. Cierto es que la vida
es breve pero el tiempo bien empleado alcanza para más de lo que hacemos.
Una buena práctica de vida
que nos permitirá salir de este mundo en paz es este consejo que recibí de un
obispo cuando era adolescente:
No lleves al trabajo
ni à la escuela tus asuntos personales. Te pagan por trabajar y pagas por
estudiar, haz eso.
No lleves los
problemas del trabajo a tu casa, el hogar es para el goce familiar y también
para resolver los asuntos familiares.
No lleves los
problemas familiares à la alcoba, la cama es para el descanso y también para
disfrutar de tu sexualidad con tu pareja.
Toma todas las
vacaciones que te quedan en esta vida. Una mente cansada no función al máximo
de su potencial.
Utiliza tu tiempo
sabiamente y alcanzaras todo lo que esperas lograr en este mundo, incluso la
dicha plena.
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