Have you ever take some time to analyze why do people
say the experiences we live set us ready for the future? I once asked a group
of people what games they played when they were kids. A physiotherapist said
writhing lizards, a furniture designer said disarming everything to see how it
was like inside, a musician said dancing all day. Of course when choosing their
careers they did not think of their childhood games but they chose the kind of
job at which working would be fun. Yes, I said fun. A job we don’t like is a
job we will not do for long.
Just as our childhood games allowed us to gain skills
in what would be our livelihood in our future. Every experience we live bring a
new wealth to our empirical knowledge. What we experience, even if dramatic will
give us the skills to solve any trouble we get into in the future. Hence, the
harvest our life is, the wisest our behavior becomes.
I had said before there are two different maturity
levels each one opposite to the other. One belongs to the ones who let life
victimize them, not defend neither dream. Just let the days of their probation
finish watching life pass before their eyes without deciding to make their own
mark on the sands of time. The other belongs to the braves, life strikes and
throws them at the bottom of the pit every while but they get up again and
again and every time they do remain standing longer time than before.
The difference between these two levels of maturity
lies in how we deal with the knowledge we get through our life experiences. The
first group just ignores it. They store it as information but do not use it.
The other group turns that knowledge into their new way of living. They add it
to their mechanism of action and reaction and use it whenever the situation
warrants.
There is a basic component in the conduct of members
of the second group. They always grant themselves time to assimilate the
experience and deduce why did it happened and what had they learned from it.
This way they recover the peace their soul loses by the disturbance of the
event. Their mind and body regain the balance that must exist between them.
This is what we usually call to relieve stress and
there are many ways to do it. Many famous scientists and mathematicians
practiced gardening because it is a stressful job which forces mind to calm and
gives them time to see from the outside the problem they are trying to solve
but had not found the appropriate method. Some people become better cooks than
culinary professionals because it is a relaxing and distractive work to them. I
like to run alone in the streets, yet half-hour on a jogging machine would make
me sweat more than two hours running on the streets, jogging distracts me and
that very moment when blood rushes into my head making me blush and stifles my breath,
when preserving the rhythm of breathing is the only thing that matters because
it will keep my heart rhythm down no matter how far I go, puts my soul in tune
with my body.
Sometimes making money to keep our life standard
becomes so important that we forget to give ourselves the time we need to free
our souls from the weight our problems put in our minds. We go through long
periods without even taking a weekend for ourselves and worse when you finally
take a break we do not relax because we owe time to our family too and it's
time to pay. Therefore we get to a point where tolerating us becomes difficult
for those around us.
As the humans we are we need time with ourselves, lone
private time. Time to be the way we like to be. Those who grant themselves that
time are the ones who reach the top and enjoy it; everyone else is somewhat
unfortunate even if he reaches the peak of his career. In this busy world we
live in man has put aside the maximum rule of mankind. “To love him himself”
Even more he has forgot the best way to keep peace between mind and soul is
spending every day some time wandering within the desert of his own heart.
If you, like many others, boarded the wrong bus get
off now. Yes, get off! Since this very moment take some time to enjoy your own
company. Look at yourself in the inside’s mirror and if you do not like what
you see do something about it. Take care of yourself as the treasure you are.
If you have no reason to smile make up one, happiness is contagious and even
cures deadly diseases.
Although it may seem selfish make your priority in
life to love yourself. Happiness begins and ends within our own being. It does
not depend in how big our incomes are nor in what others think of us but in how
do we feel about the human being we are. Only when we achieve happiness we can
fully love others so do not forget the priority is you.
¿Alguna vez te has
detenido a analizar porque dicen que lo que vivimos nos prepara para el futuro?
En una ocasión pregunte a un grupo de personas que hacían para distraerse en la
infancia. Un fisioterapeuta dijo que retorcía lagartijas, un tapicero que
desarmaba todo lo que caía en sus manos para ver cómo era por dentro, un músico
que bailaba todo el día. Claro que al momento de elegir su carrera no pensaron
en sus juegos de infancia pero eligieron aquello en lo que podían divertirse
trabajando; si he dicho divertirse. Un trabajo que no nos agrada es un trabajo
que no desempeñaremos mucho tiempo.
Así como en la infancia
realizamos juegos que nos permiten ganar destreza para lo que en el futuro será
nuestro medio de vida. Toda experiencia que vivimos aporta una nueva herramienta
al bagaje de nuestro conocimiento empírico. Las experiencias vividas, por
dramáticas que sean serán el arma con que nos defenderemos en el futuro. De ahí
que entre más ardua es la vida más sabio resulta nuestro comportamiento.
Como he dicho en otras
ocasiones existen dos niveles de madurez distintos y opuestos entre sí. Uno es
el del que se deja avasallar por la vida, no se defiende pero tampoco sueña.
Solo deja que los días de su probación se acaben viendo la vida pasar frente a
él sin decidirse a dejar su propia huella en las arenas del tiempo. El otro es
el de los valientes, la vida los golpea y arroja en el fondo del abismo cada
cierto tiempo pero ellos se levantan una y otra vez y, cada vez que lo hacen
permanecen de pie un tiempo más largo que la vez anterior.
La diferencia entre estos
dos niveles de madurez reside en el tratamiento que damos a la información que
recibimos a través de nuestras experiencias de vida. El primer grupo solo la
ignora, almacena el conocimiento pero no lo utiliza. El otro grupo convierte el
conocimiento en su nueva forma de vida, lo incorpora a su mecanismo de acción y
reacción y, lo utiliza cada vez que la situación lo amerita.
Hay un componente básico
en la conducta de los miembros del segundo grupo. Ellos siempre se conceden a
sí mismos el tiempo necesario para asimilar la experiencia y deducir porque
paso y para que les sirve. Cuando esto hacen su alma recupera la paz perdida
por el desasosiego del evento. Su mente y su cuerpo recobran el equilibrio que
debe haber entre ellos.
Esto es lo que comúnmente
llamamos liberar el stress y existen muchas maneras de lograrlo. Muchos
científicos y matemáticos famosos practicaron la jardinería porque es un
trabajo agotador que obliga la mente a serenarse y concede a la vez el tiempo
para ver desde afuera ese problema que intenta resolver y no encuentra el
método apropiado. Hay quienes se vuelven mejores cocineros que los
profesionales del arte culinario porque esta labor los relaja y distrae. A mí
me gusta correr sola en las calles, claro que media hora en un aparato cíclico
me haría sudar más que dos horas al trote en la calle pero correr me distrae y
ese momento en que la sangre se agolpa en mi cabeza haciéndome enrojecer y
sofoca mi respiración, cuando conservar el ritmo de la respiración es lo único
que cuenta porque mantendrá sedado mi corazón no importa que tan lejos vaya,
pone mi alma a tono con mi cuerpo.
A veces producir dinero
con que solventar nuestra economía se vuelve tan importante que olvidamos
concedernos el tiempo que como seres humanos necesitamos para liberarnos del
peso que nuestros problemas imponen en nuestras almas. Pasamos por largos
periodos sin tomarnos ni siquiera un fin de semana para nosotros mismos y peor
aun cuando finalmente tomamos un descanso no disfrutamos de el porque le
debemos tiempo también a nuestra familia y es el momento de pagarlo. Algunas
veces llegamos incluso a un punto en que tolerarnos se vuelve difícil para
quienes nos rodean.
Todos los seres humanos
necesitamos de tiempo para nosotros mismos, tiempo privado y solitario. Tiempo
para ser como queremos ser. Son los que se conceden ese tiempo los que alcanzan
la cima y disfrutan de ello, el resto de la humanidad es desdichado en alguna
medida incluso si alcanza la cúspide de su carrera. En este ajetreado mundo en
que vivimos, el hombre ha puesto a un lado la máxima regla de la humanidad.
“Amarse a sí mismo” y sobre todo ha olvidado que la mejor manera de mantener el
alma en paz es pasar un tiempo cada día vagando en el desierto de su propio
corazón.
Si Ud., como tantos otros,
abordo el autobús equivocado bájese ahora mismo. ¡Si, bájese! Tómese desde ya
un tiempo diario para disfrutar de su propia compañía. Mírese en el espejo y si
no le agrada lo que ve haga algo al respecto. Cuide de Ud. mismo como el tesoro
que Ud. es. Si no tiene motivos para sonreír invente alguno, la felicidad es
contagiosa y cura incluso enfermedades mortales.
Aunque parezca egoísta
convierta en su prioridad en la vida el amarse Ud. mismo. La felicidad empieza
y termina dentro de nuestro propio ser. No depende de cuánto ganamos ni de lo
que otros piensan de nosotros sino de cómo nos sentimos con el ser humano que
somos. Solo cuando somos realmente felices podemos conceder amor plenamente a
los demás así que no lo olvide, la prioridad es Ud.
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