There is a series of toddler’s disappearance where I live. Almost
all bodies were found without some organs but a four years old boy was found alive
missing a kidney and badly sutured. All
he remembers is hearing someone say while kidnapping "hurry up the other needs it now" Obviously someone is trafficking in organs and of course there are
doctors involved. What a pecad to
attack a defenseless! This
has been lurking in my head for days; especially I recalled a terrifying event
narrated in a book written by a researcher describing the details of the
investigations he worked in. A child abandoned in a hospital emergency; malnourished,
with cigarette burns on the skin and genitals, organs removed through the
rectum and it was obvious he had been sexually abused many times. In
the course of the investigation it was found that the mother was divorced and
had subsequently established a lesbian relationship. She
moved with her mistress to Margarita Island and later separated. Concubine
departed with the child which would be delivered into Grandma's house but did
not despite the constant claims that grandmother did to mother demanding to
know what happened to the child. Among
the perpetrators of the crime were important people, police detectives, lawyers
and even a judge.
Every time an atrocity is committed the culprits hold economic, legal,
social, moral or religious power. Vice,
sin, meanness always go hand in hand with power.
When I knew about this child noted immediately it had been perpetrated by
Santeria not only for the cigarette burns common to sacrifices but because it
is common that when a person is assaulted by envy and forced to practice
Santeria is led to homosexuality. Surely
the child was demanded as the human sacrifice mother had to make. Although
I could talk for long about how low digs in hell the one who lets Santeria practitioners
pervert his life. I
rather talk about how terrible it is to hurt a child. No
one is closer to God than them and this is not a matter of age or
vulnerability.
Given their youth and reduced social connections children are the living
essence of their own soul. They have not been
contaminated by the world yet. The
reason why children bear arbitrary and abusive orders is they are gentleness
itself. They
are not clear that are entitled to disobey. Passive
resistance is the only weapon they know how to use and this is often overcome
by the adults’ authority. Children
are simple, have no interest in the convoluted faces of social behavior, do not
care to please anyone not care if will be hated for that. They
assume punishment as part of their life and mourn bitterly is the only revenge
they are able to take. Children
always believe that adults know what they do and that their behavior against
children has legitimate reasons. For
their own ruin children believe that if they keep us the secret of what we do
against them privately will prevail better than if run in search of help.
Children are only a small pack of illusions and dreams that will be broken
on their way in life even if no impious touches their life. Demons
transiting the soul of man begin to grow up early in childhood; an
aggression here and there and that pure being who could be clean and undefiled
will pollute and debasing and late in time comes to be base perhaps worse than
the one who hurt him. He
who lives mistreated learn to abuse as his only way of socialization. Demons
created in the child's soul by adults will dominate his behavior whenever he
needs to solve similar situations with his own children. Who
survives a brutal childhood knows he can be mean to the children of all because
the whole world owes him tenderness snatched by a few. Escaping
these demons is almost impossible and never a task that can be accomplished
alone.
Well-exercised parenthood is a high honor bestowed by God and a very
arduous task in which we invest almost a lifetime. By
the time when we begin to see the fruits of our efforts our hair has turned
gray yet and it’s obvious in our walk that we are in the twilight of our own
time.
Put God a spell on that who damage what we lovingly
planted in our children!
Maldito Sea Por
Dios Quien Dañe A Un Niño
Hay
una ola de desaparición de niños pequeños en donde vivo. A casi todos los encontraron
muertos y faltándole órganos pero un niño de cuatro años apareció vivo; sin un riñón
y mal suturado. Todo lo que recuerda es que alguien decía mientras lo
trasladaban “rápido que el otro lo necesita ya” Obviamente
alguien esta traficando con órganos y por supuesto hay médicos involucrados. ¡Que
pecado tan grande atacar a un ser indefenso! Esto ha estado merodeando en mi
cabeza por días, sobre todo he recordado un caso aterrador narrado en un libro
escrito por un investigador describiendo en el los pormenores de las
investigaciones que le toco realizar. El niño había sido abandonado en la
emergencia de un hospital; desnutrido, con quemaduras de cigarrillo en la piel
y los genitales, le habían extraído órganos a través del recto y era obvio que había
sido abusado sexualmente muchas veces. En el curso de la investigación se encontró
que la madre se había divorciado y posteriormente había establecido una relación
lésbica. Se había mudado con su concubina a la isla Margarita y un tiempo después
se separaron. La concubina se marcho con el niño que debía ser entregado en
casa de la abuela pero no lo hizo pese a los constantes reclamos que la abuela
hacia a la madre exigiendo saber qué paso con el niño. Entre los perpetradores
del crimen había personas importantes, detectives de la policía, abogados y
hasta un juez.
Cada vez que una
atrocidad se comete los culpables son gente de poder económico, legal, social,
moral o religioso. El vicio, el pecado, la ruindad siempre van de la mano con
el poder.
Cuando supe acerca
de este niño note inmediatamente que había sido perpetrado por santeros no solo
por las quemaduras de cigarrillo propias de los sacrificios sino porque es común
que cuando una persona es agredida por envidia y obligada a practicar la santería
sea inducida a la homosexualidad. Seguramente el niño fue el sacrificio humano
que le exigieron realizar. Aun cuando podría hablar largamente de lo bajo que
cae quien se deja pervertir por santeros mi intención este día no es esa.
Quiero más bien hablar de lo terrible que resulta dañar a un niño. Nadie está más
cerca de Dios que ellos y esto no es cuestión de edad ni vulnerabilidad.
Dada su juventud y
el escaso roce social los niños son la viva esencia de su propia alma. Aun no
han sido contaminados por el mundo. La razón por la que los niños soportan órdenes
arbitrarias y abusos es que ellos son la mansedumbre misma. No tienen claro que
tienen derecho a desobedecer. La resistencia pasiva es la única arma que saben
utilizar y esta a menudo es vencida por la autoridad de los mayores. Los niños
son sencillos, no tienen interés en las enrevesadas caras del comportamiento
social, no les preocupa quedar bien con nadie ni les interesa si los odiaran
por eso. Ellos asumen el castigo como parte de su vida y llorar amargamente es
la única venganza que son capaces de tomar. Los niños siempre creen que los
adultos saben lo que hacen y que su conducta contra ellos es legítima. Para su
propio mal los niños creen que si complicemente nos guardan el secreto de lo
que en privado hacemos contra ellos les irá mejor que si corren en busca de
auxilio.
Los niños son solo
un pequeño saco de ilusiones y sueños que se romperán en el camino de la vida
aun sin que un ser impío se cruce con ellos. Los demonios que transitan el alma
del hombre se comienzan a despertar temprano en la infancia; una agresión aquí y
otra allá y ese ser puro que pudo ser limpio y sin macula se va contaminando y
envileciendo y con el paso del tiempo llega ser vil tal vez peor que aquel que
le hizo daño. El que vive maltratado aprende a maltratar como única forma de socialización.
Los demonios creados en el alma del niño por sus mayores dominaran su conducta
cada vez que necesite resolver situaciones parecidas con sus propios hijos.
Quien sobrevive una infancia brutal sabe que puede ser ruin con los hijos de
todos porque el mundo entero le debe a él la ternura que le arrebataron unos
cuantos. Escapar a esos demonios es casi imposible y nunca una labor que se
pueda lograr en solitario.
La paternidad bien
ejercida es un alto honor concedido por Dios y una muy ardua labor en la que
invertimos casi toda una vida. Para cuando comenzamos a ver el fruto de nuestro
esfuerzo nuestros cabellos han ya encanecido y es obvio en nuestro andar que
estamos en el ocaso de nuestro propio tiempo.
¡Maldito
sea por Dios aquel que tergiverse aquello que con amor plantamos en nuestros
niños!
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