Fondos de Ensueño



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Saturday, April 5, 2014

As If It Was Spoken From Dust


Have you ever read the scriptures for pleasure rather than as part of a studying course? If you do you will notice that not all books containing were written as part of a set of codes of spiritual laws or as evidence of the existence of God. Some are purely poetic, others are war’s chronics and some are testaments of loving parents who wanted to leave a teaching to their posterity. Something like a journal.
It may seem at times that writing a journal is something silly. Especially for those who wrote in it their adolescent’s frustrations and nonsense committed and one day; after gone by years sat down to read it and decided it was better to burn before bequeath to their posterity. Writing a journal can be, however, a pleasant and uplifting experience if we care to include in it only what we believe will bring a lesson that could help us solve similar problems in the future or serve as a guide our posterity.
Being as the scripture says “... as someone who speaks from the dust” is not a simple task; we must care on what we write and how we do. It is essential that the turning we give to our words do not encourage our posterity to make mistakes we had committed. Since the intention is to guide them through the kind of experiences we lived need also to capture on it the lesson we learned.
I was told to do this in my teens and suggested to record in speeches that had influenced me and sermons given for my religious leaders; I did for a while but when I got pregnant for the first time I turned my diary into a love letter to my son. A long letter in which I give him the chance to know me as the human being I am. I make sure to do never forget that I am a human being, make ​​it clear that like all mortals have my bumps and I have overcome some by certain procedures that describe widely and am working to overcome the others. That way I want to let him understand that there is no generational fence between the two of us, I'm neither perfect nor infallible so he can pour out his fears and problems and together we can find a solution to what he faces.
At present I also have a daughter so now I write for young men and women and as if I wait to be “dust” my advises will probably be no longer needed the day they read them I always leave my journal where they can read it. Sometimes, after a disagreement, I put the book opened in the page I want them to read on their bed instead of lessoning. You may think it doesn’t work but it does; my son often sits to read and always gives me stickers to decorate what I write for him. I know he is pleased that these notebooks are part of his heritage and now that he is away from home he knows he can call up and tell me his problems and expect me to help solve them.
The good thing about this exchange of experiences through literacy is that when we write anger gives way to relaxation and what could have been a terrible argument becomes an uplifting experience since when writing we can read our own words and choose our vocabulary to do not hurt and transform the sermon in a loving and sobering advice.
When I started doing this I wrote a dedicatory on the first page that says: “To you who are my ray of light, my beloved one and my treasure. Hoping you can find in my mistakes the lesson I beg life never gives you. Do never forget that you are my favorite angel. Love you” Today that I am no longer young, I say goodbye at the end of each book in case that was the last one I wrote and copy passages from my favorite book (Bible) to fill the remaining lines. This has allowed me to choose how I want to be remembered by those I love and has given me the opportunity to feel that my children count with my advice beyond my time in this world and will be welcome with the same simplicity as written because after all every page shows that “I was also formed Out of mud
Speak to me, Speak to my heart! Write to perfume my soul with your love!

 

Como Si Hablara Desde El Polvo
¿Has leído alguna vez las escrituras por placer en lugar de cómo parte de un curso de estudio? Si lo haces notaras que no todos los libros que contienen fueron escritos como parte de un conjunto de códigos de leyes espirituales ni como testimonio de la existencia de Dios. Algunos son netamente poéticos, otros son crónicas de guerra y algunos son testamentos de padres amorosos que quisieron dejar una enseñanza a su posteridad. Algo parecido a un diario.
Puede parecer, a veces, que escribir un diario es cosa de tontos. Sobre todo para quienes descargaron en él sus frustraciones adolescentes y las tonterías que cometieron y un buen día en su madurez se sentaron a leerlo y decidieron que era mejor quemarlo antes que legarlo a su posteridad. Escribir un diario puede ser, sin embargo, una experiencia grata y edificante si cuidamos de incluir en él solo aquello que consideramos nos aporto una lección que podría ayudarnos a resolver problemas similares en el futuro o servir de guía a nuestra posteridad. 
Ser como dicen las escrituras “…como alguien que habla desde el polvo” no es una tarea sencilla; es necesario ser cuidadoso de que escribimos y como lo hacemos. Hay que cuidar que la inflexión que damos a nuestras palabras no inste a nuestra posteridad a repetir los errores que nosotros cometimos. Puesto que la intención es que les sirva de guía la clase de experiencias que nosotros vivimos es necesario plasmar también en el cuaderno la lección que aprendimos.
Me dijeron esto en la adolescencia y me sugirieron que copiara en el los discursos que me habían impactado y mensajes de mis líderes religiosos y; por un tiempo eso hice pero cuando me embarace por primera vez convertí mi diario en una carta de amor para mi hijo. Una extensa carta en la que le dejo la oportunidad de conocerme como el ser humano que soy. Cuido de nunca obviar que yo soy un ser humano, dejo claro que como todos los mortales tengo mis baches y que he logrado superar algunos mediante ciertos procedimientos que describo ampliamente y estoy trabajando en superar los otros. Quiero que de esa manera tenga claro que no existe una barrera generacional entre ambos, que no soy perfecta y tampoco infalible y que puede verter en mi sus temores y problemas y juntos podemos buscar la solución a lo que el enfrenta.
Hoy tengo además una hija así que ahora escribo para jóvenes de ambos sexos y como si espero a “ser polvo mis consejos probablemente ya sean innecesarios para cuando ellos los lean dejo el diario a su alcance siempre. En ocasiones, tras un desacuerdo, pongo el cuaderno en su cama abierto en lo que yo deseo que lean en lugar de sermonearlos. Tal vez piensen que no funciona pero si lo hace; mi hijo a menudo se sienta a leerlo y siempre me regala stickers para decorar lo que le escribo. Sé que le agrada saber que esos cuadernos forman parte de su herencia y ahora que está lejos de casa sabe que puede llamar y contarme sus problemas y esperar que lo ayude a resolverlos.
Lo bueno de este intercambio de experiencias a través de la lectoescritura es que cuando escribimos la ira cede el lugar à la relajación y lo que podría haber sido una terrible discusión se transforma en una experiencia edificante ya que mientras escribimos podemos leer nuestras propias palabras y elegir un lenguaje que no hiera y transformar el sermón en un consejo amoroso y aleccionador.
Cuando comencé a hacer esto escribí una dedicatoria al principio que dice: “Para ti que eres mi luz, mi amor y mi sueño. Con la esperanza de que en mis errores encuentres la lección que espero que nunca te propine la vida. No olvides nunca que tú eres mi ángel favorito. Te amo” Hoy que ya no soy joven me despido al final de cada cuaderno por si acaso ese fuera el ultimo que escribo y transcribo pasajes de mi libro favorito (La Biblia) para ocupar las líneas restantes. Esto me ha permitido elegir la manera en que quiero ser recordada por los que amo y me ha dado la oportunidad de sentir que mis hijos contaran con mis consejos más allá de mi tiempo en este mundo y que los recibirán con la misma sencillez que los escribo porque después de todo cada página refleja que “de barro fui yo también formada”   
¡Habla, habla a mi corazón, escríbeme y perfuma con tu amor el alma mía!

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