When we use the word heritage we can mean the
properties our ancestors have left us as legacy or what we got from their DNA in
our own genes but there is another kind
of legacy we cannot avoid passing from generation to generation although is not
part of our properties or our genes. I‘m talking about what we do with our behavior
in the souls of those around us; no matter they are part of our family or not.
The great drama of adolescence is precisely that in
search of our own identity we mingle with groups of friends and to get accepted
make changes in our behavior that might be harmful to us. Good or bad, the
changes we make in our family patterns turn to become habits and the day we
left home to build our own family these habits are part of the luggage we carry
with us and therefore part of the heritage of our children.
Teaching is one of the careers where this is more
evident. From our teachers we obtain not only knowledge but also criteria and
points of view under certain circumstances of society. They further modify by
their presence in our lives the values we obtained in our home. Later in life changes continue occurring
product of the kind of people we work and socialize with.
Man is a constantly
changing creature. Because of
this, we can evolve or devolve depending on our environment. There is only one
effective weapon against harmful changes in our lives: Our own will. It happens in our life only what we allow to happen. It is true that
there are random events and people who cause us harm without our help but we
are free to choose our friends and the kind of job we accept. We are usually free
to choose who are our partner and our creed. In fact, almost every person in
our environment is there because we have chosen them to be part of our milieu.
Those choices we make determine changes over time in us that will make us the
kind of person we chose to be when we selected them to be part of our lives.
When we use our position in an organization to abuse,
humiliate or harm in any way our subordinates; along with the mistreatment we
are teaching them how to behave when becoming the boss. When we occupy certain
religious position and let our little sins slip in front of those who have to
do with us; besides the poor teaching we are stealing from that people the
faith that dwells in their souls. When we are part of a group and we use our
leadership to push our friends in wrong directions we are making changes that
could thereby destroy that person permanently.
Once we have allowed others to enter our personal
circle will is the only
thing that will prevent them from determining permanent changes in our
lifestyle. Therefore it is very important to carefully choose the kind of
people we socialize with. Even eternity is at stake when it comes to choosing a
mate. Although the return ticket to God's presence cannot be bought with a
different currency that our own behavior; our partner has a greater influence
than our parents in our lives and can drag us to the bottom of the pit without
having us notice it until too late but if it were only to choose the
appropriate people nothing mentioned would be a serious problem. It is also
important to be ourselves the right person and how can we get to be the right
person in someone's life?
Courtesy, developing a positive attitude towards life,
caring always to be a good example to others and especially ponder the
consequences of our actions before acting are the key. We reach the end of the
road step by step, we can choose the kind of person we want to be and walk towards
him slowly, taking care that our actions model positive changes in ourselves
and in our environment.
When we spread the seeds of goodness in our own souls
we also spread them on the world through our descendants and those whose lives
we are privileged to touch with our actions.
¿Podemos
Escapar De Nuestra Propia Herencia?
Cuando hablamos de
herencia generalmente nos referimos a las propiedades de nuestros ancestros o a
lo que genéticamente obtuvimos de ellos pero hay otra clase de herencia que
pasa de generación en generación sin que podamos evitarlo aunque no forma parte
de nuestros bienes ni de nuestros genes. Me refiero a aquello que hacemos con
nuestra conducta en las almas de los que nos rodean; formen parte de nuestra
familia o no.
El gran drama de la
adolescencia es precisamente que en busca de nuestra propia identidad nos
mezclamos con grupos de amigos y para obtener su aceptación hacemos cambios en
nuestra conducta que podrían ser perjudiciales para nosotros. Sean buenos o
malos, los cambios que hacemos en nuestros patrones familiares se transforman
en hábitos y el día que salimos de casa para formar nuestro propio hogar esos
hábitos son parte del equipaje que llevamos con nosotros y formaran por tanto
parte de la herencia de nuestros hijos.
La educación es una de las
carreras en las que esto es más evidente. Del maestro obtenemos no solo
conocimiento sino también criterios y posiciones ante ciertas circunstancias de
la sociedad. El además modifica con su presencia en nuestras vidas parte de los
valores que obtuvimos en nuestro hogar. Más adelante en el ejercicio de nuestro
trabajo los cambios continúan efectuándose producto de la clase de personas con
las que trabajamos y socializamos.
El hombre es un ser
cambiante. Dado que está en constante desarrollo, el puede evolucionar o
involucionar dependiendo de su entorno. Solo hay un arma efectiva contra los
cambios perjudiciales en nuestras vidas: La
voluntad propia. Ocurre
en nuestra vida solo aquello que nosotros permitimos que ocurra. Es verdad que
hay eventos fortuitos y personas que nos causan daño sin que podamos evitarlo
pero los amigos son de libre elección y el trabajo que aceptamos también. Casi
siempre somos libres de elegir quien es nuestra pareja y que credo practicamos.
En general, casi cada persona en nuestro entorno esta allí porque lo hemos
elegido para formar parte de nuestro entorno. Esas elecciones que hacemos
determinan con el tiempo cambios en nosotros que nos convertirán en la clase de
persona que elegimos ser al incluirlos a ellos en nuestras vidas.
Cuando hacemos uso de
nuestra posición en una organización para maltratar, humillar o abusar en
cualquier manera de las personas subordinadas a nosotros; junto con el maltrato
estamos enseñándole de que manera comportarse cuando sea el jefe. Cuando
ocupamos cierta posición religiosa y nuestros pecaditos se nos resbalan delante
de quienes tienen que ver con nosotros; además de la mala enseñanza estamos robándole
a esa persona la fe que anida en su alma. Cuando somos parte de un grupo y
hacemos uso de nuestra capacidad de liderazgo para empujar a nuestros amigos en
direcciones erróneas estamos marcando con ello cambios que podrían destruir a
esa persona de manera definitiva.
Una vez que hemos
permitido que otras personas ingresen en nuestro círculo la voluntad propia es
lo único que impedirá que ellas determinen cambios permanentes en nuestra forma
de vida. Por eso es tan importante elegir cuidadosamente la clase de personas
con las que socializamos. Incluso la eternidad está en juego cuando se trata de
elegir pareja. Aun cuando el boleto de regreso à la presencia de Dios no se
puede comprar con una moneda diferente que nuestra propia conducta; nuestra
pareja ejerce una influencia mayor que la de nuestros padres en nuestras vidas
y puede arrastrarnos hasta el fondo del abismo sin que alcancemos a notarlo
hasta que sea demasiado tarde pero si se tratara solo de elegir las personas
apropiadas nada de lo mencionado seria un problema. Es importante además ser
nosotros mismos la persona apropiada y ¿cómo llegamos a ser la persona
apropiada en la vida de alguien?
La cortesía, el
desarrollar una actitud positiva ante la vida, cuidar de ser siempre un buen
ejemplo para los demás y sobre todo el sopesar las consecuencias de nuestras
acciones antes de actuar son la clave. Al final del camino se llega paso a
paso, Nosotros podemos elegir el ser humano que deseamos ser y caminar despacio
hacia el cuidando que nuestras acciones modelen cambios positivos en nosotros
mismos y en nuestro entorno.
Al esparcir las semillas
del bien en nuestra propia alma las regamos en el mundo también a través de
nuestra progenie y de aquellos cuyas vidas tendremos el privilegio de tocar con
nuestras acciones.
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