Today, as in many countries of world are celebrating
Mother's Day, I want to join jubilation of those lucky enough to have someone
special in their lives to guide and protect them on their way to maturity;
someone to laugh their bullshit and understand their weaknesses and even help
them overcome their own potholes. Perhaps this seems a common event; everyone
has a mother. They are all over, come in all shapes, sizes and colors. With so
many mothers scattered everywhere there must be natural to have at least one at
home but not all mothers of world act in the same way. Bringing a child into
world is not the same as being a mother.
There is that kind of woman that at facing hunger with
lack of means to solve her problems puts herself first and in the best of cases
delivers her kids to an orphan’s home to have them give their children what
they cannot give by themselves. Others throw them out to street as one gets rid
of an old rag. They are the reason why under sidewalks of big cities heaps of
hungry children struggle against cold and needs falling into crime,
prostitution and drugs that among them are more that a vice a way to forget
hunger and fear. But there is also that kind of mom that fights against canons
of society and faces all kinds of challenges to keep with her the baby which
her kin don’t want her to bring to world. They discover the courage to find a way
to achieve the kind of income they need to educate their toddler in the hope
that he will reach the dreams she has deposed in his name. Not hers but the
ones he’ll dream himself.
There is that kind of mother who loves us so much that
castrates us. That one who does not allow us to go out to world to face our
challenges because she can fight our battles and in her desire to protect makes
us helpless, too weak to climb our own walls and there is that one who wanting
to see us become leaders makes us confront situations we should not confront
and forces us run entirely unnecessary risks. But there is also that one who knows
how to make us masters of universe and accompanies us along our way ready to comfort
when defeat overwhelms and encourage us to keep on going and sometimes puts a
trip to our opponent to pave our way and once we get the goal applauds telling
us; I knew you
could, you did it on your own.
And there is also that one who knows how to make us happy and plagues our life with
good examples and fills our souls with the tools we’ll need along our way to succeed
and teaches us to face failure and success as an essential part of life;
without being debase by one nor conceited by the other. What a difficult task
to achieve maturity enough to understand that to guide the ship is first
necessary to learn to mop the deck!
Motherhood is a hard work that requires years of
training and effort to develop the attributes we need to reach that ideal state
where we can almost envision perfection. It's not something we can learn in books
to practice it after graduation but learned through daily practice. In almost
every home we hear stories of mistakes made with first child and how improved
for the next one. That's why grandmothers have that holy patience moms rarely
have. It takes a lifetime to come to understand that the real reason for human
existence is happiness. Learn that nothing gained at the expense of our own
happiness can be called success and all the money existing in this world kept in
our pockets will never be enough to pay a minute of happiness. We reach this
state coming across stages of many of the types of mother existing, overcoming
our weaknesses and striving to beat ourselves. There are days when we have to
take a deep breath to avoid giving a kick in the rear to that silly boy and
throw him out for only half an hour. At the end we discover that their failures
as children are our weaknesses as mothers and love them deeply whatever the
result of the work we did is.
Happy mother’s day to every mom
on earth, you are just on way. Don’t give up!
¡Que Madres Son Las Madres!
Hoy, cuando en muchos
países del mundo se está celebrando el día de las madres, quiero unirme al
júbilo de quienes tuvieron la suerte de contar con alguien especial en sus
vidas que les guiara y protegiera en su camino hacia la madurez. Alguien que
riera sus estupideces y entendiera sus flaquezas e incluso le ayudara a superar
sus propios baches. Tal vez esto parezca un evento común; todos tenemos madre.
Las hay en todas partes, vienen en todas las formas tamaños y colores. Con
tantas madres esparcidas por allí debe ser natural tener aunque sea una en casa
pero no todas las madres del mundo funcionan de la misma manera y es que traer
un hijo al mundo no es lo mismo que ser madre.
Existe esa clase de mujer
que ante el hambre y la falta de medios para solucionar sus problemas se pone a
sí misma en primer lugar y en el mejor de los casos entrega sus hijos a una
institución que le de lo que ellas no pueden darle, otras los echan a la
calle como quien se deshace de un trapo
viejo. Ellas son la razón por la que debajo de las aceras de las grandes
ciudades montones de niños hambrientos luchan contra el frio y las carencias
cayendo en el delito, la prostitución y la droga que entre ellos más que un
vicio es la manera de olvidar el hambre y el miedo. Pero también existe esa que
lucha contra los cánones de la sociedad y enfrenta toda clase de retos para
conservar consigo el bebe que los suyos no quieren que tenga y haciendo acopio
de valor encuentra la manera de alcanzar la clase de ingreso que le permita
educar a su hijo con la esperanza de que alcance los sueños que ella ha
depuesto en nombre suyo. No los de ella sino los que el soñara por si mismo.
Existe esa clase de madre
que nos ama tanto que nos castra. Esa que no nos permite salir al mundo a
enfrentar nuestros retos porque ella puede pelear todas nuestra batallas y en
su afán de protegernos nos convierte en seres indefensos, incapaces de salvar
nuestras propias barreras y existe esa que quiere vernos convertidos en lideres
y nos enfrenta a situaciones que no deberíamos enfrentar y nos hace correr
riesgos totalmente innecesarios. Pero también existe esa que sabe cómo hacernos
amos del universo y nos acompaña por el camino presta para consolarnos cuando
la derrota nos abruma y darnos aliento para seguir adelante y a veces le pone
una zancadilla a nuestro contrincante y allana nuestro camino y una vez que
logramos la meta nos aplaude diciendo; yo sabía que podías,
lo lograste tu solo. Y existe esa que sabe cómo hacernos dichosos
y plaga nuestra vida de buenos ejemplos y llena nuestras almas con las
herramientas que necesitaremos a lo largo del camino para salir avante y nos
enseña a enfrentar el fracaso lo mismo que el éxito como parte esencial de la
vida sin que nos envilezca uno ni nos envanezca el otro. ¡Que difícil labor
alcanzar la madurez suficiente para entender que para guiar el barco es
necesario primero aprender a trapear la cubierta!
La maternidad es una ardua
labor que requiere años de entrenamiento y empeño en desarrollar los atributos
que nos hacen falta para alcanzar ese estado ideal en el que casi podemos
vislumbrar la perfección. No es algo que logramos leyendo libros para ejercitar
lo aprendido después de la graduación sino mediante el ejercicio de la labor.
En casi todos los hogares oímos historias de los errores cometidos con el
primer hijo y como mejoramos para el siguiente. Por eso las abuelas tienen la
santa paciencia que mama rara vez tiene. Nos toma una vida entera llegar a
comprender que la verdadera razón de la existencia humana es la felicidad. Que
nada obtenido a costa de nuestra propia dicha y la de los nuestros puede
considerarse éxito y que todo el dinero del mundo guardado en nuestros
bolsillos jamás alcanzara para pagar un minuto de dicha. Llegamos a ese estado
pasando por muchos de los tipos de madre que existen, venciendo nuestras
flaquezas y empeñándonos en superarnos a nosotras mismas. Hay días en que nos
toca tomar aire para no dar un puntapié en el trasero al muchachito ese y
echarlo a la calle por solo media hora. Al final descubrimos que sus fallas de
hijo son nuestras flaquezas de madre y lo amamos profundamente sea cual sea el
resultado de la labor que hicimos.
¡Feliz
día madres de toda la tierra, estáis en camino. No os rindáis nunca!
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